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INFLANDO DAÑOS

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Algo se tiene que hacer en torno al caso de los afectados por el paso de la Tormenta Tropical Earl, porque se les tiene que proteger también de los funcionarios estatales que ya se frotan las manos ante la posibilidad de que llegue dinero del Gobierno Federal para atender la emergencia e indemnizar  los afectados. Es importante machacar sobre el asunto pues no es menor ya que hay funcionarios que están ávidos de llevarse hasta el último peso que esté a su alcance antes de emprender la huida.

Los indicios son evidentes y como ejemplo ya se recicla  esa vieja trampa aplicada desde el sexenio del impresentable para ‘inflar’ los reportes sobre las afectaciones en el afán de engañar al gobierno federal que emitirá la  declaratoria de desastre, activando así los esquemas de apoyo financiero extraordinario dispuestos para este tipo de acontecimientos. Por eso ya  los funcionarios estatales hablan de ¡¡95 municipios dañados, mil 500 casas casas afectadas y 35 mil personas damnificadas!!

Por ejemplo, en la petición de declaratoria de desastres está el municipio de Córdoba, con el  reporte de que la Ciudad de los Treinta Caballeros está debastada. ¿En serio los cordobeses están con el agua al cuello, con cientos de casas destruidas y cientos de familias damnificadas? Le hacen al Tío Lolo, apenas el lunes el alcalde panista, Tomás Ríos, reportó cinco familias afectadas que necesitan reconstruir sus viviendas, otras 50 con daños parciales y que el agua anegada no rebasó los 50 centímetros.

Orizaba también está incluida en la solicitud de declaratoria de desastre, porque según el dictamen del Gobierno estatal, La Pluviosilla fue arrasada por Earl pese a que el coordinador regional de Protección Civil, Luis Palma Dector declaró a la prensa tras el paso de la Tormenta Tropical que ese municipio tenía ‘saldo blanco’, no había afectaciones mayores. Para  Tomatlán, también en la zona Centro, se pide la liberación de recursos urgentes para ayudar a la población en desgracia, pero no hay un solo albergado ni una sola vivienda dañada. Aun así, los documentos del Gobierno Estatal dicen que en Tomatlán es la desolación total, como si el vórtice de la Tormenta Tropical se hubiera estacionado en ese pequeño municipio.

Lo mismo en Ixhuatlán del Café, que es dictaminado  en situación de calamidad y la única afectación fue la ruptura de un tubo que transporta agua potable a la cabecera municipal, que dejó sin el líquido a 5 mil personas durante dos días, pero ya fue reparado. En Huatusco solo hay dos familias que necesitan reubicación porque sus viviendas se derrumbaron en una comunidad conocida como El Zajón  y otras cuatro familias  cuyas viviendas sufrieron daños parciales, pero en la solicitud del Gobierno Estatal se indica que el municipio fue devastado por el meteoro y los huatusqueños están sufriendo atrozmente.

El colmo los municipios de Martínez de la Torre, Tecolutla y  Zontecomatlán, ubicados al Norte de la entidad donde no llegaron los efectos de la Tormenta Tropical, también están incluidos en la petición de desastre con reporte de daños fatales. En Martínez y Tecolutla solo hubo daños a un par de caminos rurales, con derrumbes y veinte viviendas destechadas mientras que en Zontecomatlán, en la huasteca veracruzana, los ríos  elevaron un metro su nivel, debido a escurrimientos de la sierra, pero la situación no es, ni por asomo, de desastre ni de emergencia.

Es decir, inventan daños donde no los hay y un charco lo convierten en una inundación masiva. Una vivienda destechada la reportan como un centenar de casas destruidas. Es verdad que hubo al menos 13 personas fallecidas, pero no hay multitudes en albergues ni pueblos arrasados. Hay,  pues,  que  amarrarle las manos a quienes se embolsan el dinero ajeno y especialmente el de los más necesitados, y que están alterando los reportes enviados a la Secretaría de Gobernación.

CONVOCAR A LA SOCIEDAD

En el Gobierno Federal están enterados de la forma de proceder en la Secretaría de Finanzas y Planeación e incluso hay denuncias penales en la Procuraduría General de la República (PGR),  por el robo sistemático y compulsivo del dinero enviado a la entidad.  Por eso no es viable que la ayuda federal pase a través de Sefiplan porque se perderá y nunca llegará a los necesitados. En las arcas estatales no hay dinero para aportar el famoso “Pari passu”, es decir la cantidad paritaria  a la que pondrá el Gobierno Federal a través del Fondo Nacional de Desastres (Fonden) para liberar los recursos de ayuda a los damnificados y reconstrucción zonas dañadas.

Entonces, es también el pretexto ideal para que desde Palacio de Gobierno se activen nuevos  créditos para engrosar la deuda y engordar fortunas personales. En el caso de que haya los recursos  para el “pari passu”, el dinero liberado será dinero perdido y por otro lado,  en el caso de que la entidad no aporte su parte paritaria entonces será la administración siguiente, la de Miguel Ángel Yunes Linares, la que deberá lidiar con ese trámite.  De una u otra forma, el Gobernador electo está implicado en el tema y debe actuar en consecuencia.

Algunos proponen que le pida al presidente Enrique Peña Nieto y al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong –de cuya oficina depende el Fonden- que la ayuda sea suministrada directamente por el Gobierno Federal para impedir la injerencia de funcionarios estatales.  Otra  opción es que no manden los recursos extraordinarios a Veracruz  hasta que no se renueve la administración estatal. Es drástico, pero los afectados pueden esperar porque de todos modos  si hay dinero federal tampoco les llegará nada.

 A la par, es imperativo exigir que  se verifiquen físicamente los reportes de la Secretaría de Protección Civil sobre los daños reales y no caer en la finta de un “desastre inflado” en los papeles.  Lo que el Gobernador electo podría ensayar es una convocatoria a la sociedad civil para organizarse bajo su supervisión y allegar ayuda a las zonas damnificadas.   Es cierto, es poca la gente con la que está trabajando y es muy grande el reto. Sin embargo, si es  una situación atípica y hay que ensayar soluciones innovadoras.

¿Por qué no convocar a la solidaridad y benevolencia de los veracruzanos, para armar una estructura civil que gestione el apoyo de la sociedad –ciudadanos independientes,  empresarios, iglesias, colectivos y otros- y se encargue de entregarlo directamente en zonas afectadas?  Sería útil también para levantar censos reales de damnificados y afectaciones con apoyo de los líderes comunitarios, agentes municipales o comisariados ejidales.

Algo así sería  iné- dito  en Veracruz aunque es un esquema viejo en el mundo. Le llaman  “Gobierno en las sombras”,  lo han aplicado las viejas democracias y se trata de un gabinete alternativo –de oposición- al oficial en el poder y pese a que su  fin es político también hay casos de que la población civil lo ha aceptado más que a los funcionarios oficiales.  En México se intentó hacer en el 2006 con el llamado “Gobierno legítimo” de Andrés Manuel López Obrador, quien nombró ministros que atendieron a la población, documentaron casos y lideraron a la población civil.

¿Por qué no ensayarlo en Veracruz durante estos  meses, al menos en el rubro de protección civil  para atender la situación de emergencia y evitar que se roben lo poco que se recaude para los damnificados? Es más, a Yunes Linares le serviría para  tener una estructura ciudadana cuando ponga en acción la Secretaría de Protección Civil al llegar a Palacio de Gobierno y de paso foguear a quien será su próximo titular del área.

Más que  entregar despensas para la fotografía o empujar lanchas en medio del agua en un populismo ramplón, es mejor organizar, coordinar y atender. En resumen: gobernar “desde las sombras” ante el vacío de poder que hay en la entidad.

SE REPITE LA HISTORIA

Por cierto,  es de antología  lo que pasa en Coscomatepec, donde lamentablemente pereció un matrimonio y un niño tras el desgajamiento de su cerro sobre su vivienda el fin de semana pasado -fueron tres de los 13 muertos contabilizados en la entidad- pero ayer el alcalde Manuel Álvarez Salgado se apareció en el lugar de la tragedia, la comunidad Tamazolapa y prometió de todo a los habitantes como si con saliva se aliviara el dolor y se repararan tragedias.

De entrada, anunció que el  Ayuntamiento se hará cargo de mantener y educar al pequeño Lisando Gilbón Delgado de 8 años de edad y  único sobreviviente de la familia,  hasta que cumpla 23 años. Lo que no les dijo es que no es un programa del Ayuntamiento sino de la Sedesol, a través de un seguro llamado “Para Jefas de Familia” que contempla la entrega de solo ¡¡ 330 pesos al mes!!, para los niños menores y cuando lleguen a la etapa universitaria, después de los 18 años, alcanza los 2 mil pesos al mes. Ah y no se les entrega  mensualmente, sino cada dos meses para que no se lo gasten rápidamente. ¿No es una burla?

La promesa la hizo Alvarez respaldado pomposamente por la exreina del Carnaval de Veracruz, Ana Guadalupe Ingram, delegada estatal de Sedesol, quien aseguró que al pequeño no le faltará nada para salir adelante. Vaya indolencia, como si con 330 pesos mensuales pudiera sobrevivir un niño. En segundo lugar, Álvarez Sánchez prometió reubicar a todas las familias en zona de riesgo, no solo en ese poblado sino en localidades vecinas como Xaltenango, Tetlaxco, El Sause, Aserradero y Potrerillo.

Aseguró que les construirá casas, les dará empleo, levantará puentes y carreteras como si fuera Santa Claus con la bolsa de regalos a la espalda. Con su boca-floja, el edil se explayó anunciando de todo, hasta que la pobreza se va a terminar. Así, se repite la misma historia del 2013, cuando 13 personas perecieron en Tecoac, otra de las comunidades serranas. En ese entonces, el edil Serafín González Saavedra, surgido del Partido Movimiento Ciudadano (PMC), les prometió a todo a los deudos de las víctimas y el resto de damnificados y es la fecha en que no han sido ni siquiera reubicados. Llegó el priísta Álvarez Sánchez y se desentendió de los compromisos de su antecesor.

Entonces, la  mala noticia para los habitantes de la zona serrana de Coscomatepec es que tendrán que esperar sentados que se cumpla lo anunciado por el lenguaraz edil, quien –como ya se dijo- ya se va del Ayuntamiento el año próximo y los serranos no le volverán a ver la cara en el resto de sus vidas. Es probable que en los comicios del 2016 llegue un Alcalde de oposición en Coscomatepec, quien no asumirá compromisos hechos por el priista Álvarez. Es la historia de nunca acabar: ediles bocones y promesas incumplidas.

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