

Orizaba.- Desde 200 pesos como mínimo hasta más de mil pesos, es la inversión que hacen familias para colocar la ofrenda del Día de Muertos, con los productos que le gustaban al ser querido y que representa una manera de recordarlos.
Guayabas, manzanas, naranjas, peras, uvas, duraznos, jícamas, tejocotes en dulce, dulces de leche, mole, veladoras, flores de cempasúchil, papel picado, atole, café negro, cerveza y hojaldras, forman parte del menú para agradar a sus difuntos, con la fe de que Dios les permite disfrutar de los aromas, en estas festividades del 1 y 2 de noviembre.
Aunque la situación de la economía se torna complicada, viéndose en la necesidad de hacer algunos ajustes de consumo, las familias de Orizaba y la región se congregaron en los mercados para adquirir los productos.
En el caso de Paula García, desde hace cinco días colocó su altar con todo lo necesario, invirtiendo 300 pesos para ponerlo sencillo, aunque tuvo que regresar por cosas que le hacían falta e incluir más dinero.
“Ahora fueron 40 de flores, 50 de veladoras, llevo cuatro, unos dulces que costaron 30 pesos y una calavera de dulce, que me costó 30 pesos. Los precios están más altos y la flor muy cara”, refirió.
Por su parte, Mariana Zepahua, proveniente del municipio de Zongolica, dijo que gastó 800 pesos, debido a que en su comunidad tienen varias tradiciones, en donde el mole no debe faltar, aunque es una fuerte inversión por los condimentos que lleva su preparación; los panes y atole que preparan, los comparten posteriormente con la comunidad, en donde cobra importancia que se transmita a los niños la tradición de estas fechas, para que la sigan realizando cuando sean mayores.
Igualmente, Daniel Caloca, habitante de Campo Chico, del municipio de Ixtaczoquitlán, externó que ya llevaba gastando unos 500 pesos, aunque todavía le faltaban algunas cosas por comprar, sin embargo, vale la pena adquirir la carne de puerco, la fruta y los tamales, para honrar a los difuntos, que gozan de la gracia del Creador, ya que es una gran fiesta, “ahí todo se adorna para recibirlos, con cera, veladoras y todo eso, sí se gasta un poquito, pero con gusto se van nuestros difuntitos”, señaló.
El ama de casa Teresa Reyes, del municipio de Rafael Delgado, dijo que acostumbra hacer el mole con el tradicional guajolote; atole de cacao, chocolate, fruta y en donde las velas no pueden faltar, poniendo de siete a 14 ceras para dar luz a sus difuntos, “ayer fueron $700 los que gasté y hoy nada más del pollo son 600 pesos. Pero es para honrar a nuestros abuelitos y difuntitos”, explicó.
No hubo la
venta esperada
Pese al optimismo de la población para mantener viva esta tradición, los comerciantes resintieron la falta de liquidez que hay en los hogares, ya que a diferencia de las ventas que tuvieron el año pasado, éstas se vieron disminuidas en un 40 por ciento, toda vez que algunas personas en lugar de llevar un kilogramo de frutas llegaron a comprar la mitad, lo que les representa menos ingreso al esperado.
