


Río Blanco.- En la calle Martín Torres que colinda con Nogales, quedan apenas unos rastros de la pobre casita del matrimonio de Dolores Castillo y Antonio Mendoza.
Lo anterior porque la Pastoral Social en el marco del Año de la Fe y la comunidad parroquial de San Juan Bautista les construyen su vivienda a Dolores, quien quedó paralítica y sólo puede mover una mano.
Su esposo es comerciante, uno de tantos habitantes que enfrenta severos problemas económicos para subsistir, confirmó el párroco, Martín González Castillo, quien explicó que así como se profesa la fe, debe hacerse tangible en la caridad con el prójimo.
Hace apenas dos meses, la comunidad católica también reunió recursos y logró construir un techo digno a doña Josefina López a quien le amputaron una pierna, es diabética y quedó imposibilitada para trabajar, habitaba de forma infrahumana en un cuarto de dos metros que incluía recámara y cocina
Dos semanas de trabajo y la caridad de la comunidad católica es lo que hizo posible traducir en obras la fe, dijo el sacerdote que llamó al resto de la población para que en la medida de sus posibilidades colabore.
Matilde De los Santos p.
El Buen Tono

