

Amatlán.- Un campesino de 40 años fue encontrado muerto, en estado de descomposición, en el interior de un pozo, sin agua, ubicado en el camino al panteón, en la colonia Guadalupe, de Paraje Nuevo, donde fue visto por uno de sus familiares, luego de andarlo buscando durante 3 días en distintas partes de la localidad.
Tras el hallazgo, los hermanos de la víctima alertaron a las autoridades, acudiendo policías municipales, junto con personal del Ministerio Público, elementos de la Agencia Veracruzana de Investigaciones (AVI) y peritos criminalistas de los Servicios Periciales.
Se trata de José Isaías Ramos Montes, de 40 años, quien tenía su domicilio en la prolongación de la calle Emiliano Zapata, camino al panteón, de la colonia Guadalupe, el cual se dedicaba a las labores del campo y no tenía esposa, ni hijos.
De acuerdo a versiones de sus hermanos Martín y Catalina Ramos Montes, el hoy occiso acostumbraba salir a trabajar a otras localidades, pero el pasado miércoles ya no lo vieron, por lo que empezaron a buscarlo en fincas y cañales de lugares como San Rafael Río Seco, Santa Ana y California, sin tener pistas de su paradero.
Fue hasta cerca de las 10:00 de la mañana de ayer, cuando Julián Ramos, hijo de Catalina, se percató que su tío yacía en el fondo de un pozo de unos 3 metros de profundidad, el cual días antes empezó a construir el hoy finado, junto al corredor de su vivienda.
El cuerpo se hallaba en estado de descomposición, boca-abajo, atorado entre una gran roca y el alud del pozo, con una mochila color azul marino en la espalda.
De inmediato, Catalina Ramos corrió a pedir ayuda de sus vecinos, para alertar a las autoridades, a través del servicio de emergencias 066, por lo que momentos después, se presentaron al lugar elementos de la Policía municipal de Amatlán, junto con la titular del Ministerio Público municipal, Paular Cortés Bañuelos.
Asimismo, arribaron elementos de la Agencia Veracruzana de Investigaciones (AVI), así como peritos criminalistas de los Servicios Periciales, quienes tomaron secuencia fotográfica y junto con la agente del Ministerio Público, realizaron las inspecciones oculares e interrogatorios a los familiares.
“El salía a trabajar a varios lugares, andaba en el campo, pero desde el miércoles ya no lo vimos, y lo anduvimos buscando desde Río Seco y Santa Ana, hasta California, en cañales, fincas y arroyos, pero qué íbamos a pensar que estuviera aquí”, dijeron sus hermanos entre sollozos.
El pozo, de unos 3 metros de profundidad, ubicado entre el corredor de la casa y el camino, ayer estaba seco, pero con las recientes lluvias había acumulado agua y al momento en que el campesino cayó, se infiere que se asfixió, pues probablemente también se encontraba ebrio, según sus familiares.
Uno de los vecinos se introdujo al pozo, de donde inicialmente sacó la mochila aparentemente de mezclilla, la cual contenía las pertenencias del occiso. Luego, el voluntario ató una cuerda a mitad del cuerpo, para que posteriormente policías, peritos y empleados de una funeraria lo extrajeran. El cuerpo presentaba golpes y lesiones en el rostro.
Enmedio de la tristeza, llanto y dolor de los familiares, el cuerpo del campesino fue metido a una bolsa de lona, y subido a una carroza, para ser enviado al anfiteatro de una funeraria, para la práctica de la necropsia de rigor.
De acuerdo a la versión de Martín Ramos, hermano del finado, “cuando andábamos buscando a mi hermano, una mujer nos dijo que no lo buscáramos, porque aquí estaba, metido en el hoyo, y ahorita vimos que tiene un piquete en la nuca”.
Los hermanos y el sobrino del campesino muerto, fueron llevados en una patrulla a las oficinas del Ministerio Público municipal de Amatlán, para realizar las declaraciones en torno al caso e identificar oficialmente el cuerpo, como parte de la carpeta de investigación ministerial que iniciaron las autoridades para el esclarecimiento del asunto.
Antonio Osorio
El Buen Tono
