AGENCIA
CDMX.- Morena en la Cámara de Diputados hizo un análisis de la actuación de su diputada trans María Clemente García y llegó a la conclusión de que su permanencia en el grupo parlamentario, ha resultado muy costosa por las afectaciones que ha traído a la imagen del partido político.
El tenerla en las filas de la bancada es más oneroso que expulsarla, ha evaluado la directiva del partido guinda en San Lázaro, la cual decidió esperar el fallo del Comité de Ética de la Cámara, antes de tomar cualquier determinación sobre el caso.
García Moreno enfrenta una queja del PAN ante el comité por la difusión de un video en sus redes sociales, con contenido sexual explícito.
Envuelta en el escándalo que provocó el video, la diputada defendió su difusión, con el argumento de que se dedica a producir pornografía porque le pagan por ello. “Mi oficio es ser puta y tengo derecho a ser puta”, dijo la legisladora trans.
Este no es el único escándalo que ha protagonizado. En marzo pasado, subió a la tribuna del pleno de San Lázaro, arrebató el micrófono a Santiago Creel, presidente en turno de la mesa directiva, lo jaloneó del brazo para levantarlo de su asiento y luego le puso el cuerpo enfrente. Todo ello al calor de una discusión generada luego de que el panista Gabriel Quadri llamó “señor” a Salma Luevano, también diputada transgénero.
María Clemente García ha protagonizado diversos enfrentamientos, que han llegado a los empujones, con los diputados del PAN, Gabriel Quadri y Teresa Castell.
En diciembre pasado, la diputada plurinominal de Morena armó un escándalo en la cafetería de San Lázaro, en donde aventó los vasos de unicel y tiró diversos insumos del mostrador.
Debido a las críticas que recibió dentro de su bancada, por su actuación contra Creel Miranda, García anunció que abandonaría el grupo parlamentario guinda, sin embargo, hasta la fecha no lo ha hecho.