AGENCIA
San Diego.- Detectives de homicidios en San Diego encontraron con una hebra de hilo y la técnica de “genealogía genética” al asesino de una mujer casi tres décadas después de que cometió el crimen.
Los detectives guardaron muestras de ADN de la escena del crimen del 21 de marzo de 1994, fecha en la que Kay Holman, una mujer de 72 años, fue encontrada sin vida; de acuerdo con el Departamento del Sheriff de San Diego, la autopsia realizada a Holman determinó que murió estrangulada.
Cuando la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) lanzó en el año 2003 un banco nacional de datos, que por primera vez incluyó información genética, los detectives compararon algunas muestras de ese homicidio que habían guardado, pero no encontraron resultados.
El año pasado eligieron una muestra distinta, una hebra de hilo hallada en la misma escena, y al someterla reiteradamente al banco de datos sobre delincuencia, encontraron un potencial resultado de identificación.
La pesquisa fue meticulosa. Por ejemplo, en abril pasado compararon un mechón de cabello que se recuperó como evidencia.
Todavía los detectives tuvieron que contactar a cientos de personas potencialmente emparentadas con el sospechoso. De todas ellas, 118 accedieron a colaborar para que les hicieran análisis comparativos de ADN.
Hace casi un mes, los resultados mediante genealogía genética confirmaron al sospechoso del asesinato, Jerry Dewayne Robinson, un hombre de San Diego que nació en 1942 y que la noche del asesinato de Kay Holman, hace más de 28 años, estaba en el sitio donde ocurrió el crimen, en Borrego Springs, California. Robinson murió en el 2007 por cáncer. Tenía 64 años.
En 1994 Robinson trabajaba como plomero, según el Departamento del Sheriff del condado. Ocasionalmente trabajaba para Holman, dijo el teniente Chris Steffen; los detectives informaron a las familias de la víctima y del homicida del hallazgo.
Ésta es la octava vez que la oficina de homicidios del sheriff de San Diego recurre a la técnica de genealogía genética para resolver casos de asesinatos que siguen como investigaciones abiertas décadas después, los llamados “casos fríos”.
Como el homicidio de Teresa Solecki, ocurrido hace 36 años. El año pasado dieron con el asesino. Asimismo, gracias a esta tecnología, encontraron al homicida de Michelle Louise Wyatt, 41 años después del crimen.