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El minutero

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DAÑOS COLATERALES

 

En las últimas horas tres mujeres fueron secuestradas, entre ellas dos menores de edad,  otras cuatro personas fueron baleadas por grupos armados y una de ellas falleció, además de otra cuyo cuerpo fue localizado a orilla de una carretera. Los primeros hechos sucedieron en Coatzacoalcos donde un grupo de hombres armados intentó  secuestrar a los hermanos Eduardo y Casandra Aguilar que huyeron pero fueron alcanzados por las balas de sus persecutores.  Todo sucedió a plena luz del día y con el famoso “Blindaje Coatzacoalcos” activo.

 También en el sur del estado,  en Acayucan, otro hombre fue baleado por sicarios al intentar impedir el plagio de Laura Patricia Francisco Silva, dirigente regional del Movimiento Unidad Popular (MUP) aunque su intento fue en vano porque la activista terminó siendo secuestrada mientras él  perdió la vida. En esa misma ciudad, Juan Aguilera fue perseguido y baleado por otro grupo de hombres armados que intentaban ejecutarlo. No lo lograron pero si lo dejaron mal herido. Los dos ataques de Acayucan también fueron en pleno día.

 Por otro lado, las jovencitas Arely Romero Juárez y Sandra Cristina Sánchez Hernández, ambas de 14 años, fueron secuestradas en Nogales y Coatzacoalcos, respectivamente. En tanto, a orillas de una carretera en Jaltipan, al sur de la entidad, se localizó el cuerpo de un hombre que presentaba huellas de tortura. Es decir, diez víctimas de la ola de violencia e inseguridad que priva en Veracruz en tan solo 48 horas, a razón una por cada 4 horas y media,  si se quiere tomar esos hechos como  muestra que retrata lo que se vive en Veracruz. 

Sin embargo, ya lo preocupante ya no es  el número de víctimas por cada día que pasa sino que éstas personas nunca debieron ser los blancos del crimen porque están vigentes diversos operativos que se anunciaron para garantizar la seguridad de la ciudadanía, como los llamados “blindajes” y los “mandos únicos policiales” además de la recién estrenada Fuerza Civil que el duartismo promociona como la joya de la corona en materia de combate a la delincuencia. ¿Dónde están esos súper-agentes mas diestros que Chanoc y mejor entrenados que Rambo?.

 A lo mejor son tan buenos esos policías que tienen la capacidad de ser invisibles porque nadie los ve por ninguna parte. Solo el gobernante en turno y su secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez saben de su paradero. ¿Estarán trabajando encubiertos?. Los escépticos afirman que esa Fuerza Civil ni es fuerza ni tampoco civil, es una simple guardia pretoriana para resguardar funcionarios y que se usará para cuidar a los visitantes extranjeros a los eventos que se avecinan, como ya se ha citado. Parece que tienen razón. 

Claro, también hay  otra lectura de los sangrientos acontecimientos de las últimas 48 horas. Es sabido que esos que “escupen para arriba” –como asegura el gobernante Javier Duarte de Ochoa- hacen apología de las cosas negativas pero la realidad, desde el punto de vista del duartismo, es que esas diez víctimas son meros  daños colaterales porque los criminales no tenían la intención de secuestrarlos, balearlos o asesinarlos sino que iban tras los “frutsis” y los “pingüinos”.

 Parece cantaleta pero seguramente esas personas llevaban  consigo  esos ricos pastelillos y azucarados refrescos a la hora en que se toparon con los maleantes cuyo único objetivo es robárselos, según la versión del despáchante de palacio de gobierno. Y por supuesto, esas diez víctimas colaterales también son responsables de lo que les pasó porque no escucharon consejos a tiempo y no se compraron un perro para que los cuidara.  Ni modo, ellos se lo buscaron.

 

LA OPOSICIÓN EN EL PRI

 

En temas políticos  mucho se ha escrito sobre el informe de pre-campaña…perdón…de actividades legislativas del senador José Yunes Zorrilla. Algunos sostienen que ya quedó definido como “el tapado” –argot de la vieja usanza priísta para designar al candidato seleccionado con anticipación- para los comicios estatales del 2016 y otros se aventuraron a afirmar que la “clase política” –más bien priísta- se inclinó ante su inminente postulación, lo cual no es garantía de triunfo porque la mayoría de los asistentes son meros cartuchos quemados y otros más líderes de paja.  También algunos medios informativos lo alabaron en exceso y otros hicieron esfuerzo para rescatar lo rescatable de su discurso. 

La retórica que se aventó fue espesa pero de contenido escaso. Solo unas cuantas citas  son rescatables periodísticamente y si se lee con atención las crónicas de prensa, muchos tuvieron que forzar la nota para darle un interés informativo. No fue un discurso brillante, más bien timorato y ambiguo. ¿Qué fue lo rescatable?. Pocas frases. Como el reconocer que la ira ciudadana campea por las calles y pone a prueba la fortaleza y viabilidad de las instituciones públicas. Que hay un hartazgo de la gente por la corrupción rapante y un sistema (¿de gobierno?) permisivo y omiso que hace de la impunidad el refugio de los rufianes. 

En este punto le faltó ubicar el sitio y los nombres. Pareciera que se refería a Veracruz bajo el gobierno de Javier Duarte de Ochoa pero le temblaron las corvas para decirlo abiertamente. Bien pudiera entenderse que habla de México pero como Yunes Zorrilla no quiere ser presidente de la República sino gobernador de Veracruz, entonces los oyentes deben deducir que esas palabras se refieren  a la entidad. He ahí la ambigüedad que no le ayuda a transmitir un mensaje claro a los electores. Lo blandengue del discurso rebaja la calidad del precandidato. Un candidato miedoso será un gobernante blandengue.

 Otro punto más fue  cuando expresó su “condena, repudio e indignación” por el caso de los 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa. ¿Por qué no se acordó de los desaparecidos de Veracruz?, ¿de las decenas de jovencitas que han desaparecido y cuyos padres siguen buscándolas por cuenta propia porque la autoridad estatal se burla de su dolor y las acusa de huir con parejas sentimentales?, ¿por qué no mencionó a los 20 jóvenes detenidos por la policía estatal en la zona centro – Córdoba y Atoyac- desde hace un año y cuyo paradero se desconoce?.

 ¿Por qué fijar su discurso en un drama de Guerrero cuando acá, en el Veracruz del duartismo, también se vive un  infierno?, ¿por qué no señalar con sus puntos y sus comas lo que sucede en los municipios veracruzanos – los que presume ha recorrido para reunirse con diferentes sectores sociales- que se convirtieron en tierra sin ley?, ¿por qué no ser voz de los veracruzanos que viven aterrorizados con la violencia y abandonados a su suerte por un gobierno fallido en vez de abanderar situaciones externas?.

 También su informe de actividades legislativas no fue tal, habló más de dinero que de leyes, cuando se necesitaba que diera una explicación por su voto tan dudoso contra el pueblo. Que despejara las dudas sobre todo lo negativo que traerán las reformas, especialmente la energética, que dijera a los ciudadanos que harán cuando vengan las transnacionales a despojarlos de sus tierras, de los desastres ecológicos y de la descapitalización de los programas sociales y el alza de combustibles y energía eléctrica porque privatizarán a PEMEX y la CFE. 

No dijo nada sobre el tema y el no dar la cara en esos temas es reprobable. Habla de cobardía y tendencia a la felonía. En cambio Yunes dice que gestionó varios miles de millones de pesos para Veracruz como si su actividad fuera de cabildero. Lo mandaron al Senado para hacer leyes y que estas sirvan para mejorar las condiciones de vida de los veracruzanos, no a conseguir recursos que cuando llegan a Veracruz se los roban los funcionarios estatales. Sin embargo y aún con lo anterior,  no se puede negar que el peroteño representa hoy la oposición al interior del PRI. Y al hablar de oposición no se habla de ser un partido diferente sino una corriente alternativa que busca el cambio. 

Yunes Zorrilla es lo opuesto a la fidelidad-duartismo que tanto daño le ha hecho a Veracruz –incluso al mismo tricolor- en la última década. El senador no es fidelista ni duartista y eso ya sirve para generar simpatía entre los veracruzanos que están hastiados de diez años de corrupción, saqueos y desvergüenza.  A pesar de su estilo pasivo y discurso viejo, el peroteño no es igual que los llamados “niños de fidelidad” , educados para robar lo que puedan, lucrar con los cargos públicos y coludirse con los inconfesables. Ninguno de la camada que parió la fidelidad  –léase Eric Lagos, Jorge Carvallo, Alberto Silva, por mencionar a los más voraces- no pasan una prueba de honestidad ni un detector de mentiras.

 Todos están bajo sospecha. Es más, todos  han sido mencionados de nexos con gente muy oscura, con delincuentes y por eso, tampoco ninguno de ellos le conviene a Veracruz y ni siquiera a los propios priístas. Yunes Zorrilla los aventaja y por eso, ese grupúsculo junto con el innombrable y el encargado del changarro –entiéndase Javier Duarte- han cerrado filas para evitar que llegue a la candidatura priísta. Tal vez los obliguen desde el altiplano a aceptar su postulación, si es que al peroteño  le  funcionan los padrinazgos que dice tener en el altiplano pero lo seguro es que trabajaran en contra como lo hicieron en el 2006 cuando el innombrable los instruyó para entregarles millones de pesos a partidos de oposición y movilizar a los priístas en contra para hacerlo perder. 

Es lo que no debe perder de vista José Yunes Zorrilla que por ser lo opuesto a la fidelidad-duartismo tiene a los enemigos en casa. De ahí la necesidad de marcar la diferencia y ganarse no solo a los priístas hartos de la pos-fidelidad, como le han llamado al duartismo, sino a los electores externos que esperan un cambio, alguien que haga la diferencia y por supuesto, la oposición a los que hoy mal gobiernan la entidad. Si no quiere parecerse a ellos, debe de distinguirse al menos en el discurso. 

Y como dicen los teóricos franceses, en teoría política lo importante es “la parole” (la palabra) más que “le décor” (la decoración).  Ahí está un primer paso para ser la opción al interior de su mismo partido y no ser más de lo mismo: modificar su discurso, hacerlo creíble y poner distancia de los actuales funcionarios locales.  De colofón, es necesario que Yunes Zorrilla tome unos cursos de oratoria para superar su mala lectura, la cual evidenció el domingo. Si no corrige esta tara corre el riesgo de que  los errores de  pronunciación se conviertan en dislates mentales como ocurre actualmente con muchos funcionarios de la aldea.

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