

Xalapa.- Luego de que quienes estudian artesanías habían predicho que en el año 2000 las labores como el tejido de telar de cintura iban a estar muertas, persisten pese a todos los embates: comercio injusto, desconocimiento e ignorancia de los sectores “educados” que demeritan el trabajo de las mujeres.
Así lo expresó Miguel Ángel Sosme Campos, estudiante de la maestría en Ciencias Sociales en la Universidad Veracruzana (UV), quien expuso que necesitamos empezar a valorar, conocer, visibilizar, el estado, instituciones de Educación Superior y la sociedad en general, el papel transformador de las mujeres.
Es autor de la tesis titulada: “Tejedoras de esperanza: Empoderamiento de las artesanas indígenas de la Sierra de Zongolica”, que aborda desde la antropología y los estudios de género, las trayectorias y experiencias de 17 mujeres nahuas dedicadas a la confección y venta de textiles de lana tejidos en “telar de cintura”.
Con este trabajo, Sosme Campos ganó el “Premio Nacional Luis González y González 2014” a la mejor tesis de licenciatura en Ciencias Sociales y Humanidades, así como del premio “Fray Bernardino de Sahagún”, a la mejor tesis en etnología y antropología social.
Arte poco valorado
Miguel Ángel Sosme, admitió que lamentablemente no existe una valoración por parte de la sociedad. Para comprar estos tejidos se acercan personas de la Ciudad de México que tienen tiendas de artesanías, pero al ser comerciantes, buscan precios bajos y no
pagan lo justo.
Únicamente hay un buen precio cuando compra el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (FONART) o la Dirección General de Arte Popular del Estado de Veracruz, pero estas compras son esporádicas; de igual forma, ocasionalmente compran personas que llegan a hacer ecoturismo.
Y es que las piezas son caras por el proceso que implican, los materiales, la lana que es del lugar y el trabajo artesanal que lleva mucho tiempo.
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