


NUEVO ABOGADO
El pasado lunes 3 de noviembre el joven cordobés José Manuel Castillo Castro recibió su diploma como abogado por parte de la Universidad Veracruzana (UV) después de defender su tesis “Sistema electoral de segunda vuelta” ante el jurado integrado por los catedráticos Victoria Lara Ramírez, Roberto Monroy García y Fernando Reyes Rocha, quienes aprobaron por unanimidad los conocimientos profesionales del nuevo litigante. “Chore”, como lo conoce cariñosamente la flota cordobesa, cursó la licenciatura en la Facultad de Derecho de Jalapa en la generación
2008 -2013.
Para el nuevo litigante va un abrazo desde la Ciudad Luz y felicitaciones también para sus orgullosos padres, los periodistas Auricela Castro y Manuel Castillo, que lo apoyaron en todo momento su formación académica.
El buen “Chore” nos debe la pachanga con los tequilas incluidos pues la leyenda negra cuenta que es un experto en preparar los caballitos, las palomas y los charros negros. ¡Salud por el
nuevo abogado!.
LA CONEXIÓN
VERACRUZ
Se confirmó lo que hace un par de semanas fue difundido pero que tanto el gobierno federal como el estatal negaron: el ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca Velázquez y su esposa María de los Ángeles Pineda fueron capturados en Veracruz, donde se refugiaban con la venia de las autoridades locales pero dicha aprehensión fue ocultada para construir un montaje con fines electorales y de “control
de daños”.
El sacerdote Alejandro Solalinde desbarató el tinglado de la Procuraduría General de la República (PGR) sobre una captura en Iztapalapa, Distrito Federal, de la pareja asesina de Iguala – responsable del secuestro de los 43 normalistas de Ayotzinapa- pues ratificó la veracidad de la especie que circuló el 23 de octubre sobre la localización de los Abarca en la entidad veracruzana.
Al participar en un foro en la Universidad de Guadalajara, Solalinde aseveró que los detenidos fueron “sembrados” en Iztapalapa con fines
electorales.
“Los encontraron en Veracruz y lo fueron a sembrar a territorio opositor en el Distrito Federal, donde hay tantos electores”, dijo y agregó que “el gobierno ha estado administrando esta información para aprovechar
tiempos políticos.
No es cierto que le interese la tragedia; lo que le interesa es sacar provecho
electoral.
Se trata de un control de daños políticos, un control de daños partidistas. Han estado manipulando toda la información para beneficio del PRI-gobierno”.
En la información que circuló el 23 de octubre -confirmada extraoficialmente por fuentes policiacas a varios medios del Distrito Federal- se decía dos sitios de detención del matrimonio Abarca Pineda, uno en un hotel de Boca del Río y el otro en Jalapa, la capital
del estado.
En lo que se coincidía es que a la pareja asesina se le preparaba una ruta de escape vía marítima, es decir, a través de alguna embarcación en el puerto de Veracruz.
Hoy se puede considerar que efectivamente estuvieron en Veracruz bajo la protección del duartismo después de permanecer varias semanas en Puebla bajo la protección del gobernador Rafael Moreno Valle.
Y cuando el padre Solalinde dice algo hay que creerle porque tiene información de primera mano y
es verídica.
No hay que olvidar que desde el 17 de octubre dio a conocer, en base a informaciones recibidas por feligreses y activistas, que los 43 normalistas habían sido asesinados y sus cuerpos
incinerados.
Casi un mes después, el gobierno federal a través del procurador de la República, Jesús Murillo Karam confirmó los dichos de Solalinde al oficializar la muerte de los estudiantes, cuyos cuerpos fueron quemados y los restos triturados hasta
desaparecerlos.
No es la primera vez que el sacerdote Alejandro Solalinde denuncia hechos relativos a la violencia, la actividad de la delincuencia organizada y la corrupción de autoridades en Veracruz. Lo que ha dicho siempre
resulta verdad.
En el 2011 hizo público que en Veracruz los carteles del crimen organizado secuestraban y asesinaban a migrantes centroamericanos con apoyo de policías municipales y estatales.
En esa ocasión, el falso cristiano que despachaba como secretario de Gobierno, Gerardo Buganza –hoy secretario de Infraestructura y Obras Públicas- quiso desmentir al religioso y lo acusó de mentiroso.
Pero el persignado funcionario se tuvo que tragar sus palabras –ese si escupió al cielo y le cayó en la cara, como dice su jefe Javier Duarte- pues el escándalo estalló por varias agresiones de los criminales contra los migrantes que viajan a bordo de los trenes que circulan el territorio estatal.
Los sicarios suben a La Bestia, como se le conoce al ferrocarril para capturar a los indocumentados, extorsionarlos, plagiarlos y algunos victimarlos lanzándolos de los vagones en
movimiento.
El propio gobierno estatal le dio la razón cuando decidió interponer una denuncia penal para obligar a las empresas ferrocarrileras a impedir que los migrantes suban a los trenes.
Solalinde también denunció que Veracruz estaba convertido en un cementerio pues había fosas clandestinas con más muertos que los encontrados en
otras entidades.
Otra vez sus palabras se cumplieron al pie de la letra y en al menos veinte municipios se han localizado numerosas fosas –la más reciente el pasado fin de semana en Pueblo Viejo, al norte de la entidad donde localizaron ocho cadáveres-.
Según el diputado petista Fidel Robles, Veracruz se coloca como el segundo estado en el país con más sepulturas ilegales donde se han encontrado 144 cuerpos. El primer lugar lo ocupa Guerrero y el tercero Tamaulipas.
Entonces, las palabras de Solalinde van apuntaladas con precedentes de verdad y así queda asentado que el duartismo ayudó a encubrir al ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca y a su esposa, María de los Ángeles Pineda, que son la puntas de la madeja de la tragedia que arrojó a la luz mediática –pues el pueblo ya lo sabía desde hace años- la narcopolítica en el país, es decir, la infiltración del crimen organizado en las diferentes esferas de gobierno –el federal, estatal y municipal- así como en las representaciones populares –diputados y senadores- y en las corporaciones policiacas.
El padre Solalinde lo llama el “Narco-Estado” que no gobierna para la gente sino para los delincuentes y también para los poderosos pues son defensores del neoliberalismo que empobrece al pueblo y enriquece a
unos cuantos.
Así, la conexión de Guerrero con Veracruz quedó confirmada. ¿Qué interés tiene el gobierno de Duarte de Ochoa para haber alojado a los Abarca?.
Mucho se ha dicho que es en base a los acuerdos oscuros que hizo desde el 2012 con la corriente del PRD conocida como “Los Chuchos” para alquilar la dirigencia estatal y convertirla en el “PRD rojo” al servicio del gobierno estatal y del tricolor en tiempos
electorales..
Por eso se le dio protección al matrimonio de Iguala aunque fueron ubicados por la PGR antes de sacarlos del país
por el mar.
CRISTO AVERGONZADO
Otra verdad que lanzó el religioso oaxaqueño es la indiferencia de la jerarquía católica ante la tragedia que sucede en el país con la violencia generada por el crimen organizado y sus cómplices en el gobierno.
El clero ha volteado la cara para no mirar ni solidarizarse ni hacer suyo el reclamo de justicia de los mexicanos ante múltiples hechos que han mostrado el horror, el más reciente son los normalistas desaparecidos
de Guerrero.
Son poquísimos los obispos y sacerdotes –ningún cardenal- que haya abrazado la causa de las movilizaciones de estudiantes que exigen justicia así como otros miles de personas que desde hace años buscan a sus desaparecidos o claman por castigar a los asesinos de sus seres queridos.
Las palabras de Solalinde desnudaron a los jerarcas ensotanados y ayer mismo la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) emitió un tardío y débil comunicado con la frase de “Basta ya de tanta corrupción, impunidad y violencia”.
Pero los obispos no condenan puntualmente a los agresores del pueblo –que son conocidos por todos- sino recurren a frases comunes y gastadas como la de “ llevar hasta sus últimas consecuencias” las investigaciones para localizar a los estudiantes de Ayotzinapa.
Es más, parece que el CEM le cubre las espaldas al copetón Enrique Peña Nieta y a los corrompidos del PRI y del PRD, que están hasta el cuello en el asunto de Iguala, pues los obispos llaman a “no lucrar políticamente con esta desgracia, ni convertirla en bandera para causar daños a terceros o provocar desestabilización”.
Traducción: piden que no se culpen a los partidos políticos ni a los gobernantes que postularon y sostuvieron a esos narcopolíticos. Así, le hacen el trabajo sucio a priistas y perredistas, y al mismo régimen.
Vaya con estos ensotanados timoratos y cómplices con su silencio. Cristo seguramente está avergonzado de ellos.
También lo debe estar con el clero veracruzano. A excepción del obispo de Córdoba, Eduardo Patiño Leal, el resto de los prelados han mantenido un silencio constante mientras el rebaño es devorado
por los lobos.
De vez en cuando hay algunas declaraciones blandengues del arzobispo de Jalapa, Hipólito Reyes Larios –a quien los propios sacerdotes de Orizaba, de donde es originario, apodan “PRI-polito”- pero en general, la solidaridad y la denuncia profética de los pastores ha estado ausente en medio del baño de sangre en que tienen a los
veracruzanos.


