


México.- En el tormento de uno de los padres sobre lo que le pasó a su hijo y a otros 42 estudiantes mexicanos desaparecidos, Isrrael Galindo rechaza la versión oficial sobre que al parecer fueron masacrados. Tiene la esperanza de que, de alguna manera, su hijo y los otros todavían estén con vida.
“Creo que lo tienen arrestado o encerrado. No sé dónde está, pero, si lo supiera, iría a buscarlo”, dijo Galindo sobre Israel, de 19 años, su hijo del mismo nombre pero con una ortografía diferente. “Yo quiero que sepa que lo amo”, añadió, mientras sollozaba. “Quiero que esté con vida”.
La angustia abruma a Galindo que crece día a día, desde que los aspirantes a profesores de escuela primaria desaparecieron el 26 de septiembre, tras un enfrentamiento violento con la policía, durante una protesta política que también causó seis muertos, entre ellos otros tres estudiantes.
La desaparición masiva es tan inquietante que Galindo no puede creer lo que ocurrió con su hijo. El padre no ha visto a Israel en ocho años, después de migrar a California para encontrar trabajo y enviar dinero a su esposa y sus cuatro hijos en México, pero el recuerdo de él arde vivamente.
Los 43 estudiantes desaparecieron después de ser capturados por la policía en la ciudad de Iguala, Guerrero. Al parecer, fueron entregados a una banda en el territorio del cártel Guerreros Unidos y, luego, asesinados en un basurero en Cocula, a 14 kilómetros de distancia. La pandilla quemó los cuerpos y los tiró en un río, según las autoridades.
La lucha contra un “monstruo”
Al igual que muchos otros padres y sus partidarios, Galindo critica a los funcionarios mexicanos de la misma forma en que él afirma que su hijo está vivo.
“Yo no pierdo la fe, pero hemos luchado y peleado con este monstruo delante de nosotros, y no podemos ganarle”, dijo Galindo, de 66 años, un empleado de mantenimiento que vive en San José, California, y se cree que es el único padre de los 43 estudiantes que vive en Estados Unidos.
El “monstruo” es el Gobierno mexicano, dice Galindo. Él no cree lo que dicen las autoridades sobre la tortura y el asesinato de los estudiantes. “La historia es una forma de que las autoridades mexicanas dejen el caso a un lado y sigan adelante”. Los 43 estudiantes eran, en su mayoría hombres de 20 años, en una universidad fuera de Iguala dedicada a ayudar a las escuelas rurales pobres.
Hasta el momento, las autoridades han acusado al ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca, como el “autor intelectual probable” en la desaparición de los 43 estudiantes, y él ha sido acusado de seis cargos de homicidio agravado y un cargo de intento de homicidio, dijeron las autoridades.
En total, al menos 74 personas han sido detenidas en relación con las desapariciones y las muertes, y el Gobernador de Guerrero pidió licencia, en medio de las críticas sobre la lenta respuesta a lo que se ha llamado una de las más graves violaciones de derechos humanos en la historia reciente de América Latina.
Alboroto en las esferas más altas
La incapacidad de las autoridades para localizar a los 43 estudiantes o sus cuerpos es una herida abierta en el alma de 43 familias y de la sociedad mexicana.
Y los activistas de derechos humanos comparan el caso de Ayotzinapa con la masacre en la plaza de Tlatelolco en vísperas de los Juegos Olímpicos de 1968, en la Ciudad de México, donde la policía habría matado a 300 estudiantes que se manifestaban por una mayor democracia, cuando un solo partido controlaba el sistema.
El actual escándalo público ha tocado a las más altas instituciones políticas y religiosas en México.
Con información de CNN


