


PASTOR ERRADO
El arzobispo de Jalapa, Hipólito Reyes Larios dio prueba que tiene bien ganado el sobrenombre que los sacerdotes de Orizaba le colgaron cuando se encontraba al frente de aquella diócesis: “PRIpólito” y el pasado viernes de plano dejó colgada la sotana y se puso la camiseta del tricolor. No solo acudió a aplaudir la comparecencia del secretario general de Gobierno en el congreso local, Erick Lagos Hernández, sino que de plano lo “destapó” –como dicen en el argot de las viejas prácticas priístas- para ser candidato a una diputación en los comicios del año venidero.
Palabras más, palabras menos, el religioso aseveró que Lagos Hernández hará un papel excelente como legislador federal y de paso se confesó públicamente al revelar el funcionario ha apoyado a la arquidiócesis jalapeña desde su encargo.
Sin duda, el arzobispo “PRIpólito” camina sobre brasas al hacerla de promotor electoral de Lagos Hernández, no solo porque es un pastor religioso que debe estar alejado de la política partidista sino porque corre el riesgo de vivir su propio Iguala al respaldar a un personaje cuestionado. Le puede pasar como sucedió a todos aquellos que arroparon en su momento al alcalde igualteco, José Luis Abarca y que hoy están chamuscados ante la opinión pública.
Si el Revolucionario Institucional aplica la purga que anuncia para evitar que personajes bajo predicamento de tener amistades inconfesables lleguen a las candidaturas del 2015, el señor Lagos Hernández deberá ser excluido de toda postulación -al igual que el vocero Alberto Silva Ramos y el secretario de Desarrollo Social, Jorge Carvallo Delfín. – pues en informaciones periodísticas se le ha señalado de tener cercanías con células delictivas.
En el 2012, el periódico Reforma que se edita en la Ciudad de México publicó el testimonio de un delincuente detenido en diciembre del 2011, integrante de un cartel del crimen organizado que confesó que a la policía veracruzana se le pagaba 30 millones de pesos mensuales por dejar que operaran en el estado.
El criminal dio el apellido del funcionario de la fidelidad que era el contacto para el cobro de esos recursos y lo identificó como “Lagos”. ¿Quién era el funcionario más cercano al innombrable con ese apellido?. Adivinaron, el mismo que ahora el arzobispo Reyes Larios lo promociona para ser diputado federal. (http://www.proceso.com.mx/?p=308164). También a mediados del 2010, un grupo de reporteros se reunió en una cafetería de Jalapa para entrevistar a Catarino Torres Pereda, dirigente del Comité de Defensa Ciudadana (Codeci) en el sur de Veracruz y Oaxaca.
Allí, el activista confesó que estaba muy preocupado –y también temeroso- porque desde el gobierno fidelista los estaban obligando a realizar manifestaciones exigiendo la salida del Ejército en el sur veracruzano, concretamente en la región de la Cuenca del Papaloapan e Isla, la tierra de Lagos Hernández. Dijo que un funcionario estatal era el encargado de organizar las protestas contra los militares para que se fueran y dejaran de combatir al crimen. ¿Adivinen quien era?. Otra vez acertaron: el mismo que apoya el arzobispo.
Lo oscuro del caso es que el líder campesino se negó a seguir las ordenes y dos meses después fue asesinado en sus oficinas del Cocedi en Tuxtepec, el 22 de octubre del 2010. De ese tamaño fue la presión. ¿Quién votará por Lagos Hernández si llega a ser postulado electoralmente, además de Lagos Hernández?. Es más, tampoco se debe olvidar que Lagos Hernández fue el operador del ataque contra el reportero Martín Serrano cuando éste colocó una manta de protesta contra el innombrable a finales de su sexenio y en plenas fiestas de independencia por allá del 2008.
El comunicador y su familia que se encontraban en las oficinas del diario Tribuna, frente al palacio de gobierno, lograron salvar la vida por intervención del entonces diputado local, Sergio Vaca Betancourt, quien se comunicó con Lagos Hernández, secretario del gobernante de ese sexenio para que parara el ataque con policías armados que pretendían “levantar” o tal vez asesinar al periodista. En ese entonces, el propio Vaca Betancourt contó a los reporteros que estuvieron pendientes del caso y que solicitaron su apoyo para proteger la vida de Serrano, que el mismo Lagos Hernández le confesó que el periodista “se lo tenía bien ganado – ¿el ataque, el secuestro, el asesinato?- por meterse con el gobernador”, el innombrable.
De esa calaña es quien aspira no solo a ser candidato en el distrito de Acayucan sino también quien sueña en suceder al gobernante en turno, en una gubernatura de dos años. El priísmo no escarmienta y en Veracruz podría tener su Iguala en la persona de Lagos Hernández y el obispo Reyes llevará su parte de ese asunto tan apestoso.
El religioso hace un papel lastimoso, es un ejemplo de un pastor extraviado y cuando el pastor camina sin rumbo conduce al rebaño al abismo o a las fauces de los lobos.
Esa advertencia la hizo el profeta Jesús hace dos mil años, según el evangelista Mateo, cuando describió a sumos sacerdotes como “PRIpólito”: “¡Aléjense de ellos pues son guías ciegos!, y si un ciego conduce a otro ciego ambos caerán al barranco”.
CONTRA LOS ESTUDIANTES
A nivel nacional, otro errático es el copetón Enrique Peña Nieto que prefiere encarcelar a los estudiantes que realizan manifestaciones para exigir justicia en lugar de detener y castigar a los narcotraficantes y los narco-políticos que pululan por todo el país en completa impunidad.
Los jóvenes detenidos en las marchas del pasado 20 de noviembre fueron enviados a penales de alta seguridad –algunos de ellos al de Villa Aldama, en Veracruz- acusados de delitos como delincuencia organizada, terrorismo, motín y tentativa de homicidio.
Es el mundo al revés. En México a los estudiantes que no secuestran y desaparecen, los manda a prisión y los tratan como si fueran criminales peligrosos.
En palabras del presidente de Uruguay, José Mujíca, uno de los mandatarios más honestos del mundo, México parece un estado fallido donde se ataca a lo más valioso que pueda tener un país: los jóvenes.
Mújica, quien tiene una elevada autoridad moral a nivel internacional, dijo en una entrevista con la revista Foreign Affairs que el caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa, detenidos y desaparecidos por la policía de Iguala, Guerrero, no solo es uno de los capítulos más oscuros en la historia mexicana sino que dejó de ser un caso nacional para convertirse en asunto que compete a toda la comunidad internacional.
“Tiene un nivel que ya traspasó a México, es un problema de la humanidad. Son cosas que en el mundo de hoy no deberíamos permitir”.
Sobre el Estado mexicano dijo que “los poderes públicos están perdidos totalmente de control, están carcomidos”.
Son cosas que muchas voces en México, igual de calificadas, lo han expresado desde hace tiempo aunque ahora resuena con mayor intensidad porque Mujica tiene un lugar privilegiado en el contexto internacional y claro, en la historia de América Latina.
Así, el próximo miércoles se cumplen dos meses de la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa y nadie sabe de su paradero –aunque desde hace semanas hay una dolorosa versión de que fueron asesinados- mientras que el gobierno federal ha demostrado una total desidia e ineficacia para localizarlos y por capturar a los responsables de su plagio.
Hasta un mes después de que los jóvenes fueron detenidos, se detuvo al exalcalde de Iguala, José Luis Abarca y a su esposa a quienes en un principio los protegieron y ayudaron a huir, pero siguen varios funcionarios policiacos prófugos.
El caso es todo un desastre en el ejercicio público porque el crimen está infiltrado en las esferas gubernamentales.
EL ENIGMA
Mañana martes el titular de la Secretaría de Seguridad Pública Arturo Bermúdez Zurita se presentará en el congreso local para comparecer en la glosa –revisión- del informe anual del gobernante en turno, Javier Duarte de Ochoa. No hay esperanzas de un cuestionamiento serio y responsable de los diputados levanta-dedos, más bien se esperan aplausos y lisonjas pese a que todos los operativos policíacos y los blindajes han fracasado, que los niveles delictivos se dispararon y que los policías estatales están señalados de complicidad con los criminales, especialmente en la desaparición de jóvenes.
El defeño Bermúdez es un enigma, nadie lo puede negar, pues a pesar de su ineficacia lo siguen sosteniendo en el cargo.


