


Rabat.- Con apenas por 200 mil votos de diferencia, el líder de Nida Tounes, el laico y veterano Beyi Caid Essebsi, ganó las elecciones presidenciales del pasado domingo en Túnez, pero por mucho menos margen del esperado y del que pronosticaban las encuestas, lo que deja muy abierto el duelo con el otro gran aspirante de esta jornada electoral histórica, el actual presidente Moncef Marzouki, con quien se medirá en segunda vuelta el 28 de diciembre.
A Essebsi, que a sus 88 años partía como favorito y ha sumado casi el 40 por ciento de los votos, le ha perjudicado al final ser considerado como el representante de la vuelta del antiguo régimen.
La campaña electoral parece perpetua en Túnez seguirá así al menos hasta finales de diciembre. La consulta con las urnas del domingo, en las primeras presidenciales libres y democráticas del país y de las naciones envueltas en las revoluciones de la primavera árabe, no ha definido claramente qué puede pasar a partir de ahora. Todos los sondeos de opinión vaticinaban una victoria contundente para el anciano Essebsi y su partido Nida Tounes, montado hace apenas dos años con un conglomerado de dirigentes, magnates e intelectuales de todo el ámbito ideológico con el denominador común de su feroz antiislamismo.
Los votantes tunecinos, que participaron sólo en un 65 por ciento el domingo sobre los 5.2 millones de electores que se inscribieron, han lanzado varios mensajes de alerta a todos los políticos en disputa. A Essebsi y Nida Tounes le han dado ahora un triunfo (casi el 40 por ciento de los votos) porque han valorado su promesa de “retorno al orden y la normalidad” en un país que lleva tres años ocupado en asentar sus instituciones pero no gestiona ni regular los asuntos del día a día.
Essebsi y su equipo han entrado en fase de nervios y hoy han rechazado un debate cara a cara en televisión con su principal rival, al que han acusado de jugar el rol de pantalla de los islamistas, también de los más retrógrados y violentos.
En esta campaña electoral Marzouki ha jugado su única baza y le ha salido bien. Ha apelado a los votantes con el miedo al pasado y les ha llamado a evitar el retorno del antiguo régimen que podría significar Essebsi y sobre todo algunos de los desturiones que le acompañaban. Ahora ya está convocando a “todas las fuerzas democráticas a mirar hacia adelante y promover un equilibrio de poderes” en la segunda vuelta.
TOMADO DE EXCELSIOR


