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Izquierda, entre el amor y el odio del electorado

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Montevideo.- “Voté y voy a votar siempre por el Frente Amplio (FA), ellos son los únicos que se acordaron de la gente de abajo”, aseguró una empleada doméstica justificando su apoyo a la izquierda, que está a punto de ganar un tercer periodo de Gobierno en Uruguay.

Enfrente, los centroderechistas exigen detener el “azote impositivo” a la clase media y la falta de seguridad. Además, piden un rejuvenecimiento de la
clase política.

Estas dos visiones dividen a un electorado que en la primera vuelta, el 26 de octubre, le dio a la izquierda 47.8 por ciento de los votos y la consiguiente mayoría en la Cámara de Diputados, por lo que su candidato, Tabaré Vázquez —que fuera en 2005 el primer presidente de izquierda en el país— llega como amplio favorito para ganar la segunda vuelta que el domingo decidirá al sucesor de José Mujica.

El oponente de Vázquez es el candidato del centroderechista Partido Nacional, Luis Lacalle Pou, hijo del ex presidente Luis Alberto Lacalle (1990-1995), que en la primera vuelta cosechó 30.9 por ciento de votos.

Cabe destacar que miles de empleadas domésticas se beneficiaron los últimos ocho años con un aumento salarial mayor a 400 por ciento. Además, 66 por ciento de estas trabajadoras tienen un empleo formal, con cotización a la seguridad social por  la Convención Internacional sobre Trabajo Doméstico de la Organización Internacional del
Trabajo (OIT).

Del otro lado, un sector de la población de este país de 3.3 millones de habitantes se queja del deterioro de la seguridad pública y de los problemas educativos.

“Con el Impuesto a la Renta (IRPF), instaurado bajo el Gobierno de Vázquez me sacaron la capacidad de ahorro, y sé que a mucha gente le pasa lo mismo. La educación y la seguridad están en un declive total, me han robado, y eso que vivo en un quinto piso”, alerta Carina, de 41 años.

El IRPF implica aportes de entre 10 por ciento y 30 por ciento a partir de un salario nominal de 840 dólares. La canasta básica de alimentos está estimada por el Gobierno en 145 dólares y la familiar está estimada en dos mil 327 dólares.

“Me importa que las cabezas que vengan tengan una preparación y, además, que sea gente joven, con ideas nuevas, que no sean como el inculto presidente que tenemos, que es impresentable”, añadió una ciudada en alusión a Mujica, un ex guerrillero que llamó la atención del mundo por su austeridad y la buena gobernanza. 

 

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