


ADIOS A LEÑERO
El martes se fue uno de los protagonistas de la lucha por la libertad de expresión en México, Vicente Leñero, que junto con un grupo de comunicadores en los años setenta, renovó y dignificó el periodismo del país.
Su libro, que precisamente lleva el nombre tal cual, “Los Periodistas”, relata el golpe del gobierno de Luis Echeverría al equipo de redactores en el periódico Excélsior en un intento de atajar el ejercicio de la prensa crítica.
Ese ataque tuvo como secuela la resistencia y el surgimiento de un proyecto alternativo que fue el semanario Proceso bajo la tutela de Julio Scherer y el propio Leñero. ¿Qué periodista no ha leído “Los Periodistas” –valga la redundancia- como parte del enriquecimiento personal y fuente de inspiración en el combate diario que se da por la libertad de expresión?.
Al narrar novelísticamente esos hechos, Leñero dejó ese legado para las posteriores generaciones de reporteros. Ayer miércoles el escritor fue despedido en el palacio de Bellas Artes como se merece un hombre de su talla aunque el mejor reconocimiento póstumo, como el que se merecen esos prohombres, es releer su obra.
DESCOBIJADO
El pasado martes también falleció el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Sergio Valls Hernández, hecho que deja descobijado a uno de los personajes más oscuros y retorcidos de Veracruz, Marco Antonio Lezama Moo, exsubprocurador de Justicia en Jalapa –ese mismo que siempre se negó a buscar a los jóvenes desaparecidos de la capital del estado bajo el argumento de que “se iban con el novio”.
Lezama Moo es consuegro de Valls y ese parentesco político le valió que fuera nombrado en junio pasado como magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE).
No hay que olvidar tampoco que Lezama Moo aparece en una investigación de la Procuraduría General de la República (PGR) como protector de grupos criminales cuando se desempeñó como subprocurador de Justicia en Córdoba, aunque tampoco la lumbre judicial no lo alcanzó porque el apagafuegos fue el poderoso consuegro. (http://www.proceso.com.mx/?p=379115)
Con el deceso de Valls Hernández el manto protector se le extinguió a Lezama Moo aunque solo en el ámbito político porque en el económico no tiene nada más que pedir: la magistratura obtenida por el tráfico de influencias le asegura un sueldo por más de 150 mil pesos más los sobornos que le lleguen, los aguinaldos que en algunos caso llegan a los 500 mil pesos y claro, si llega el caso una jugosa pensión.
Lezama es una de esas historias de prosperidad en el Veracruz actual.
EL TEATRO DEL HORROR
“Ayotzinapa, ¿una Primavera Mexicana?”, se tituló la mesa redonda de investigadores que se realizó la noche del martes pasado en la escuela de Ciencias Políticas de Paris, conocida como Sciences PO y que es uno de los centros de estudio e investigación más prestigioso de Europa.
En la charla intervinieron los investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Irma Sandoval y John Ackerman, quien también es articulista del semanario Proceso.
También participaron Hélène Roux, doctora en sociología del Instituto de Estudio del Desarrollo Económico y Social de La Sorbonne e Yvon Le Bot, director emérito del Centro Nacional de la Investigación Científica y catedrático de la Escuela de altos Estudios en Ciencias Sociales.
El tema fue la movilización civil que hay en México, encabezada por jóvenes estudiantes, tras la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa el pasado 26 de septiembre, lo que puede devenir en el equivalente a la Primavera Árabe que fue la insurrención popular que provocó cambios políticos y de gobiernos en varios países del oriente medio y el norte de África en el 2010.
Las disertaciones fueron de primer nivel y más que interesantes.
Por ejemplo, la doctora Sandoval, quien también es profesora invitada en el Instituto de Altos Estudios para América Latina (IHEAL, por sus siglas en francés) afirmó que el caso Atotzinapa descubrió que la “narco-política” no es una cuestión cultural en México sino estrictamente político y social. Es la consecuencia de la impunidad solapada por la clase política, especialmente de los priístas, que han hecho del país un “narco-Estado”.
Expuso que la entrega de pedazos del territorio nacional al crimen organizado también tiene una contracara de la moneda en la entrega que el gobierno federal hará a los empresarios nacionales y extranjeros de pedazos del mismo territorio para que exploten las riquezas del subsuelo, tras las reformas constitucionales en materia energética.
Y como los hombres del dinero siempre buscan proteger sus intereses, es inminente que recurrirán a la contratación de guardias personales que llegan a ser grupos parapolicíacos con un grado terrible de represión contra el pueblo.
Así se impone un modelo norteamericano de recurrir a mercenarios para hacer labores policiacas y las cosas van a empeorar porque la iniciativa federal para desaparecer las policías municipales y crear 32 corporaciones bajo el mando directo de los gobernadores abre la puerta para que empresas privadas de seguridad –integradas por mercenarios a sueldo- entren directamente al escenario para resguardar los intereses de los inversionistas.
En tanto, Ackerman afirmó que Ayotzinapa es el desfondamiento del sistema priísta, de la llamada “gobernanza global” y de la intención de hacer pasar a México como un país que ya no forma parte de Latinoamérica sino de Norteamérica.
Es decir, más cercano a Estados Unidos en ese proyecto neoliberal para maquillarlo de modernidad y prosperidad económica. Es el proyecto del priísmo autoritario que fue desenmascarado.
Le Bot, quien ha realizado investigaciones en México y es autor del libro “El Sueño Zapatista” que trata del EZLN en Chiapas, indicó a su vez que el plagio de los 43 normalistas y la saña con la que supuestamente habrían sido asesinados por sus secuestradores es muestra del “exhibicionismo sanguinario” que el crimen organizado realiza en el afán de aterrorizar a la población.
Es la propaganda del miedo que se difunde no solo en las noticias convencionales de prensa sino también por las
redes sociales.
Ayotzinapa es el escenario más reciente de ese teatro del horror pero el mismo se ha repetido desde hace tiempo en muchas partes de México donde se han dado imágenes espantosas: jóvenes quemados, desollados, decapitados, exhibidos como trofeos al arrojarlos en la vía pública o colgarlos en los puentes, cabezas que dejan en
lugares público.
Todo con el objetivo es quebrar a los mexicanos y sumirlos en la desesperanza.
Sin embargo lo importante de la movilización civil que desató Ayotzinapa es la decisión de los mexicanos para no dejarse aterrorizar y la voluntad para salir de esos escenarios de terror poniendo
un “ya basta”.
Le Bot refirió que los miles de jóvenes movilizados en todo el país lo dicen en uno de sus eslóganes.
“Nos han quitado tanto que hasta nos quitaron el miedo”. Y eso es lo que debe pasar, que todos dejen el miedo y salgan a exigir cambios, justicia y legalidad”.
Casi al final de la mesa redonda sobre Ayotzinapa se comunicó la convocatoria para los estudiantes de ciencias políticas, la comunidad mexicana y los académicos parisinos para participar en una marcha que se realizará el próximo sábado desde la Plaza Beaubourg hasta La Bastilla y la charla concluyó con un conteo en coro del 1 al 43 –en referencia a los normalistas que siguen sin aparecer- y cuando se llegó a la última cifra el grito fue más intenso: ¡Justicia!.
LOS INDIGNOS
A nivel local muchos ven la tempestad y no se hincan, como señala el refrán, pues siguen cometiendo excesos aun cuando la clase política en México entró en predicamento al ser exhibida, precisamente, por sus abusos y complicidades con la delincuencia.
Ejemplo de ellos son los integrantes del congreso local que en los últimos días han acumulado excesos tras excesos y su papel es indigno.
Primero mandaron a poner un alambrado en la reja que rodea el inmueble que lo hace parecer una cárcel porque de ese tamaño es el miedo que le tienen al pueblo indignado, aunque éste sea el que
pague sus salarios.
Luego los diputados permitieron que la sede del Poder Legislativo se convirtiera en una kermes de rancho y taquería al aire libre pues durante las comparecencias de los funcionarios estatales como parte de la glosa del cuarto informe gubernamental no solo llevaron miles de personas acarreadas sino que instalaron puestos de fritangas
Sino que hasta brujas llevaron para aplaudir a los comparecientes.
Más tarde, se supo que un líder sindical de los trabajadores de ese congreso gana más que el mismo gobernador gracias al pago de bonos económicos que llegan a alcanzar los 90 mil pesos aunque la exhibición del sueldo abusivo de tal dirigente gremial fue porque emplazó a huelga al legislativo para este 12 de diciembre. Ahora también se supo que como regalo de fin de año la Junta de Coordinación Política ordenó comprar canastas navideñas para repartirlas entre los 50 parlamentarios y cada una de ellas contiene botellas de licor de precio elevado así como otros manjares culinarios de importación.
Cada una de esas canastas navideñas tendría un costo de entre 3 mil y 5 mil pesos para los haraganes que ocupan las curules. Estos regalos costosos los reciben aún cuando el trabajo que desempeñan es pésimo.
Muestra de ello es que en días pasados el Juzgado Quinto de Distrito otorgó el amparo a los trabajadores y jubilados que promovieron amparos contra la reforma a la ley de Pensiones del Estado, aprobada por la mayoría priísta sin ni siquiera leer el texto.
Con este fallo judicial, el expediente llegará a un Tribunal de Colegiado y posiblemente a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), se confirma que en el congreso veracruzano no se legisla sino lo hacen en palacio de gobierno –con las patas pues ahí están los amparos judiciales que procedieron por las pifias legales en las que se incurrió- y que los diputados solo son unos levanta-dedos. Indignos todos.


