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Tomás, cómplice de Francisco Portilla y de Juan Lavín

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Córdoba.- El primer año de Gobierno de Tomás Ríos Bernal está por terminar, y hasta el momento sigue actuando como un cómplice de las raterías emprendidas por sus ex homólogos priistas, Francisco Portilla Bonilla y Juan Antonio Lavín Torres.

Apoyado por los regidores de su partido y, por qué no, también por los de oposición, así como de la contralora Teresa Jáuregui —quien, por cierto, gana 44 mil pesos mensuales y nunca ve nada—, el Alcalde esta convertido en un cómplice y alcahuete de estos dos corruptos ex funcionarios.

Es impensable que, a un año de su Gobierno, no haya encontrado las transas que todos los cordobeses vimos que nos hizo ese par de sinvergüenzas, Lavín y Portilla, durante sus administraciones, cuando de voz del propio secretario del Ayuntamiento, Rodolfo de Gasperín, se indicó que, durante la entrega recepción, los archivos se hallaron vacíos y miles de papeles apelmazados a la intemperie. Tomás no actúa porque tiene cola que le pisen, sabe perfectamente que en su Gobierno también hay raterías y está plagado de oportunistas buenos para nada, quienes sólo han llegado para robarle al pueblo, con enormes salarios, pagos de favores y moches.

¿A qué le tiene miedo Tomás? O será que acaso existe algún compromiso político con esos dos priistas.    

Tomás está solapando las raterías de Lavín y Portilla y su runfla de delincuentes que saquearon nuestra ciudad, ofreciéndoles esa impunidad que tanto lastima a este país. Todos llegan y roban a sus anchas porque saben que el que viene después, como en este caso Tomás, no les hará nada por no tener autoridad moral, ya que es igual que todos los políticos caducos insaciables.

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