De la Redacción
El Buen Tono
Córdoba.- Con ya cerca de 130 años de existencia, el piso de madera y con un diseño que hacía las veces de caja armónica o de resonancia, la planta octagonal del kiosco del parque 21 de Mayo fue modificada con los años para convertirse en una bodega.
En el corazón del parque 21 de Mayo, en la ciudad de Córdoba, se encuentra un tesoro arquitectónico que ha resistido el paso del tiempo: El kiosco, que fue construido en 1895, en una época en la que la arquitectura se caracterizaba por su elegancia y sofisticación.
Fue diseñado con una planta octagonal, con un techo de ocho lienzos y un faldón de hermosa filigrana de hierro.
Los pequeños y espigados remates en las uniones de los lienzos y en el centro de cada uno de ellos, así como en el remate central más alto, son un ejemplo de la atención al detalle y la calidad de esta construcción.
En su época de esplendor, el kiosco fue el lugar donde se instalaba la banda municipal de música y amenizaban los domingos.
A lo largo de los años, el kiosco ha sufrido algunas modificaciones, como la conversión de su estructura original en una bodega, por lo que ha perdido con ello su objetivo de origen.
