


TODO ESTA PERDONADO
Todo el mundo espera para este miércoles la edición del semanario Charlie Hebdo que será la primera después de que su redacción fue diezmada con un ataque terrorista que cobró la vida a ocho periodistas, entre ellos algunos de los moneros más celebres
de Francia.
Originalmente se había anunciado un tiraje sería de un millón de ejemplares pero el diario Liberation, que prestó sus instalaciones para maquilar la edición, informó que serán 3 millones los que se pondrán a la venta
en el número 1178.
Algo novedoso de esa edición post-atentado es que también una parte del tiraje será en inglés, español, turco y árabe.
Por lo pronto ya se adelantó la caricatura principal de la edición que será del profeta Mahoma –en cuyo nombre asesinaron a los reporteros – que llora al tiempo que sostiene un cartel con la leyenda “Je suis Charlie” (Yo soy Charlie) y una frase adicional sobre la viñeta que dice: “Tout est pardonné” (Todo está perdonado).
LA MEJOR ESTRATEGIA
Lo prometido es deuda y como en la columna pasada se dijo, los senadores priístas José Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa están molestos con el gobierno estatal y la dirigencia del PRI en Veracruz porque se ha roto el pacto sostenido desde el 2010 para que ellos puedan participar en las elecciones del año 2016 que renovarán la gubernatura.
La reforma constitucional para reducir el periodo del próximo gobierno de la entidad a solo dos años, es una estrategia de la fidelidad y del duartismo para excluirlos de la contienda y permitir la postulación de uno de sus incondicionales con el fin de prolongar el proyecto transexenal
del innombrable.
Ambos senadores entendieron el mensaje y amenazan con desenterrar el hacha de guerra al interior del tricolor.
El asunto es interesante porque puede ser inédito en Veracruz aunque tampoco hay que creerles demasiado eso de que tienen el don de cabezar corrientes democratizadoras de su partido.
Si acaso uno de ellos, el peroteño Yunes Zorrilla, podría llevar a buen puerto esa idea.
El fin de semana pasado durante una ceremonia bautismal, el legislador dio una declaración a la prensa en la que fijaba dos temas como postura personal ante el gobierno del cordobés Javier Duarte de Ochoa.
Uno, dijo – palabras más, palabras menos- que el PRI no es propiedad del gobernante sino de todos los militantes, es decir, lo despojo del aura de ser el “máximo priísta” y el elector por excelencia. En segundo lugar, y lo más aventurado que se la escuchado, es que denunció que el dinero que el gobierno federal envía a Veracruz se lo están robando en palacio de gobierno de Jalapa. Los recursos no llegan a los municipios porque son jineteados o desviados. Eso si es inédito, una acusación de un senador priísta contra un gobernador priísta, el peso de la declaración es fuerte.
Aunque hay que tomarlo con cautela y sin que los priístas de base echen sus campanas al vuelo, esa es la mejor estrategia publicitaria que Yunes Zorrilla puede adoptar para reposicionarse ante el electorado frente a un escenario adverso pues el PRI a nivel nacional está desacreditado y el gobierno veracruzano lo está aún más. Llegar hasta los votantes para solicitarles el sufragio basado en los resultados del duartismo será un suicidio político porque el repudio popular es enorme. Todo candidato del tricolor que así lo haga se arriesgará a que lo apedreen o lo linchen las
autodefensas vecinales.
En cambio, si Yunes Zorrilla abre una brecha en el mismo priísmo que lo haga distinguirse de los fidelistas y de los duartistas. Si marca su distancia y adopta el sentir popular sobre el gobierno fallido que se tiene, tendrá bonos a su favor. Todo abanderado en el 2015 o el 2016 que lo haga así será bien visto no solo por los priístas sino por el electorado en general. No se habla al tanteo pues las encuestas demoscópicas así lo exponen: la administración estatal y en especial la figura del gobernante en turno jugarán en contra de los candidatos del tricolor.
Así que Yunes Zorrilla, quien nunca perteneció a la fidelidad y mucho menos al duartismo, puede recomponer las cosas a su favor en la medida de lo posible. Y por supuesto, al discurso de democracia partidista que ya ha comenzado a ensayar le falta adicionar elos temas de cambio y justicia. Es decir, comprometerse ante los electores para hacer las cosas diferentes a lo que se ha hecho en la docena trágica –los seis años de fidelidad y los seis años del duartismo- y que castigará a los manos-largas. Los veracruzanos lo cargarán en hombros si promete refundir en el fondo de una prisión al innombrable. El solo hecho de contemplarlo en sus promesas de campaña elevará su popularidad hasta las nubes.
En cuanto a Héctor Yunes Landa, ese si no es de fiar. Hoy llora por las esquinas como plañidera lo que no quiso defender en el 2010. Hoy se queja del gobierno estatal y de su titular pero él fue uno de los responsables de que el cordobés esté despachando como tal pues en el 2010 cuando pretendió la candidatura del tricolor y mantenía un discurso crítico y hablaba de democracia interna en su partido, se sentó a negociar con la fidelidad la obtención de prebendas y privilegios a cambio de abandonar a todos los que confiaron en él y de defender los
intereses de Veracruz.
EL DEMONIO AZUL
Por otro lado, el gallinero político se alborotó más pues al escenario llega el excandidato a la gubernatura en el 2010 por Acción Nacional, Miguel Ángel Yunes Linares, quien va en primer lugar de la tercera circunscripción electoral del país como abanderado a una diputación federal por la vía plurinominal. Ya es candidato natural a la elección del 2016 pero una curul federal lo catapulta mediáticamente pues, aunque sea por unos meses, llevará el tema de Veracruz hasta el corazón político del altiplano. Allá ventilará muchas cosas que acá se callan, será un dolor de cabeza para el duartismo y la fidelidad.
El demonio azul se les vuelve a aparecer y viene con fuerza mientras en la cancha de los fidelistas hay división, exclusión e impopularidad. Ninguno de los candidatos que hasta el momento ha propuesto el tricolor para las diputaciones federales le hará sombra a Yunes Linares, experto en el debate, el cabildeo y en el uso de la tribuna. Ya se verá si ahora es tan valiente el tuxpeño Alberto Silva para enfrentarlo cara a cara pues como vocero estatal solo le lanzaba pellizcos virtuales
en el Twitter.
Tampoco es hacer apología del panista pero si algo tiene es que ha sido de los pocos que en los últimos diez años no le ha temblado la voz para denunciar lo que sucede en Veracruz. De él se espera también el discurso de la justicia. Ese tendría que ser su principal oferta a los veracruzanos para el 2016, llevar ante un ministerio público y reservar una celda para los que se robaron el dinero estatal y le abrieron las puertas a la delincuencia que convirtió a la entidad en un infierno. Que cumpla su palabra…
ESCALADA DE TERROR
Ni los mandos únicos policiales ni los blindajes ni las declaraciones espectaculares han logrado disminuir la incidencia criminal en Córdoba, tierra que hoy hace recordar, según los que vivieron aquella época, los tiempos de los caciques y pistoleros que sembraban el terror en plenas ciudades durante el sexenio del gobernador Agustín Acosta Lagunes quien permitió que el estado se lo dividieran los grupos criminales.
Desde el asalto y asesinato del maestro Luis Sainz Sánchez ocurrido en septiembre del 2014 se ha registrado una escalada de homicidios a plena luz del día, en zonas céntricas donde se supone debe haber vigilancia policiaca y con el común denominador que los delincuentes cometen el crimen y se van tranquilamente, sin que nadie los detenga, sin que nadie los persiga, sin que nadie haga nada.
Un mes después del asesinato del maestro Sainz, un comando de hombres armados atacó y dio muerte a Antonio Pérez Luna, sobrino del dirigente del Partido Cardenista, Antonio Luna Andrade, cuando acabada de dejar a sus hijos en la escuela y cerca del centro comercial La Garza.
También un mes más tarde, en plenas fiestas de Todos los Santos, en noviembre, fue asesinado a balazos el vendedor Nestor Daniel Abril Morás en el mercado Revolución. La víctima era hermano del líder de la Unión de Locatarios Libres de dicho mercado, Celso
Abril Morás.
El pasado 9 de enero de la misma forma fue asesinado Irrving Hernández Serrano de 20 años, también vendedor en la zona céntrica de Córdoba.
Y vaya, para completar, el lunes pasado el vendedor de tamales, Fermín Castillo Moreno, fue atacado a balazos cerca de un centro comercial de la avenida por un hombre armado que actuó a sus anchas en plena zona urbana.
¿Qué sucede en Córdoba donde cualquier puede venir con una pistola en mano para asesinar personas?, ¿Dónde están los policías acreditables que pregona el secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita?.
¿De qué sirve el famoso “Blindaje Córdoba” y el despliegue prometido de agentes para combatir la delincuencia?,.
¿Qué ha fallado?. Todo parece indicar que hay una predisposición oficial para que los delincuentes actúen libremente en la Ciudad de los Treinta Caballeros.
Otra calamidad es el irresponsable silencio del alcalde panista Tomás Ríos Bernal quien no revisa, no se interesa por lo que sucede, no reclama, no denuncia y no exige a las autoridades estales y federales atender el tema de la inseguridad y cumplir con sus compromisos.
No se diga del impúdico mutismo de los líderes empresariales que hace meses, tras el homicidio del maestro Sainz, se reunieron con funcionarios estatales y les aplaudieron a rabiar sus promesas.
Hoy que nada ha cambiado, esos mismos empresarios convenencieros y lisonjeros se agazapan y esconden mientas la ciudad es un desastre.


