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¿Por qué seguimos nuestra Protesta en el Parque?

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Córdoba.- Ayer por la mañana, la protesta ciudadana que encabeza personal comprometido con la verdad de El Buen Tono, sufrió una agresión por parte de las autoridades municipales de Comercio.

Afirman unos que las letras cuya única intención es servir como protesta se ven bien en el Parque 21 de Mayo. Otros, que ensucian la imagen del Centro Histórico, incluso hay los que afirman no saber el por qué están ahí.

La realidad es que nosotros no estamos buscando presencia mediática entre la ciudadanía. No estamos buscando anunciarnos gratis. No buscamos ser aceptados por publicidad. La nuestra es una protesta porque el Ayuntamiento, fracturado desde dentro hace años por la corrupción, el nepotismo y los favoritismos con la prensa coludida, permite que la misma se anuncie violando la ley en pleno Centro Histórico.

Establecer cualquier tipo de publicidad en el Centro Histórico está prohibido, no lo decimos nosotros, es el INAH quien guarda esta y otras leyes que el Gobierno encabezado por Tomás Ríos quebranta permitiendo que otros la quebranten. 

Los parasoles en los que se anunciaron durante años los del diario coludido violaban esta ley, ilegalidad contra la que nos manifestamos instalando las letras de nuestro nombre, exigiendo el retiro de toda la publicidad, los logos, las marcas, en el Parque principal de la ciudad.

Esa es la razón del por qué hemos puesto las letras allí, porque el Gobierno municipal permitía al coludido anunciarse con esos parasoles y con calcomanías.

La protesta, apegada a los derechos ciudadanos surtió efecto y, después de algunos meses, el gobierno cordobés pidió al INAH que le enviara un exhorto a aplicar la Ley. Cobardemente, incapaces y temerosos de pedirle a la empresa coludida que retirara su publicidad, se amparó en la solicitud del INAH para finalmente actuar.

Así fue que retiramos nuestras letras el pasado 9 de enero. Y así, también, sucedió que la publicidad del coludido permaneció todavía durante diez días más en los parasoles, y otros más en las calcomanías, que también les exigimos que retiraran.

Es cierto que fueron retirados los parasoles que violaban la ley. Asimismo, fuimos notificados de retirar nuestras letras que manteníamos a manera de protesta, por lo que puntualmente acatamos. No obstante, insistimos en ese momento y hoy también; nosotros no nos anunciamos en el Centro Histórico, ¡protestamos!

Después, de repente, los boleros, parte intrínseca de la vida misma del centro de la ciudad, parte medular de la identidad del parque 21 de Mayo, aparecieron uniformados con logotipos del mismo coludido, lo cual se nos antoja a una burla. 

Nosotros podríamos uniformarlos con nuestro logotipo o instalar a gente que diariamente esté haciendo presencia en el lugar, pero lo que queremos no es que todos podamos buscar una coyuntura para infringir la ley, sino que todos la cumplamos.

Es por ello que hemos vuelto a protestar. Porque la ley se debe aplicar sin distingos. Porque los convenios no tienen por qué prevalecer a la ley. Porque la ciudadanía ya está harta de compadrazgos, de corrupción, de impunidad y de favoritismos. 

No lo decimos nosotros, nos lo vienen a exigir los ciudadanos libres de Córdoba. Lo que hacemos es convertirnos en una extensión de la voluntad del pueblo. Y el pueblo está harto, y el pueblo seguirá manifestándose porque el pueblo manda. A los gobernantes no se les puede olvidar, por su propio bien.

Ahora, la mañana de ayer una docena de inspectores del área de comercio, integrada por ex policías corruptos que no tuvieron cabida en el Mando Único o en las nuevas corporaciones de Seguridad por sus antecedentes delincuenciales y de corrupción, fueron enviados a retirar nuestras letras, a confiscarlas, a interrumpir nuestra protesta, en un claro reto a nuestra empresa y desatención a nuestro derecho de manifestarnos.

Por eso fuimos por nuestras letras, y por eso les obligamos a abrir las puertas de Palacio municipal, la casa del Pueblo, y entramos para exigir respeto a nuestro derecho de manifestarnos, y para exigir que nos devolvieran nuestros instrumentos de protesta.

¿Quién agredió a quién? Juzguen ustedes. Pero en cuanto tuvimos oportunidad de ser atendidos por funcionarios y representantes populares, inmediatamente reconocieron nuestro derecho y ordenaron que se entregaran las letras, las cuales volvimos a instalar, en espera a que cumplan de manera pareja la ley, y a que dejen de burlarse de nosotros permitiendo publicidad “disfrazada” en quienes todos los días, y durante todo el día, laboran en las planchas del Centro Histórico.

Reiteramos nuestra postura. Las letras seguirán en el Parque, hasta el mismo minuto en que toda la publicidad, abierta, disfrazada o como intenten, desaparezca.

 

El Buen Tono 

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