


Orizaba.- La Arquidiócesis de Acapulco compartió con sacerdotes, religiosas y laicos de la Diócesis de Orizaba sus experiencias en el tema de la construcción de paz, acompañamiento a víctimas de la violencia y la forma de cómo ayudar a encontrar los propios caminos.
El coordinador de la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Acapulco, Jesús Mendoza Zaragoza, quien fue el ponente de tales experiencias, manifestó en entrevista que el periodismo de paz es fundamental, necesario y juega un papel importante para la reconstrucción del tejido social en México.
Consideró que los medios de comunicación son un factor importante para la paz. Muchos lo son de violencia “y en este tema hay que responsabilizarse, ser generadores de paz”, reiteró.
Invitado por la Diócesis de Orizaba para presentar su experiencia desde la Pastoral Social, recordó que en Acapulco, desde hace cuatro años se hace un camino para atención a víctimas. Comenzó de forma empírica pero se logró la capacitación de la Iglesia de Colombia que lleva muchos años en esta tarea.
Tras el aprendizaje, al menos 15 parroquias tienen su centro de atención a víctimas a las que se les da acompañamiento, pastoral, psicosocial, social y jurídico buscando siempre la reconstrucción como persona, “porque cuando se asesina al padre de familia, queda la discapacidad en muchos aspectos que van desde el económico, espiritual y jurídicas entre otras”, manifestó.
Además de dar en esos casos una respuesta, se busca la forma de que otras instancias ayuden, que las autoridades respondan en lo que le toca a cada sector, refirió.
Este incluso es un tema que el Episcopado Mexicano considera deben hacer todas las Diócesis del país para atender a las víctimas de su entorno, es una tarea que se ve indispensable si se quiere obtener la paz “porque si no atendemos a las víctimas, ellos pueden convertirse en victimarios, son muchas veces potenciales delincuentes”, advirtió.
Una familia que no se acompañada y no logra superar la situación traumática, se deteriora por el odio, resentimiento y frustración. Así que la paz de construye en la medida que se previene, consideró.
También dijo que es necesario sanear la vida social, porque al deteriorarse se desarrollan dinámicas patológicas como el miedo, la impotencia así como el enojo, la rabia y el odio, todo eso destruye, afecta a la sociedad, “por eso tenemos
sociedades enfermas”.
Consideró necesario trabajar con las víctimas, pero también con las comunidades afectadas por distintos actos de violencia. “Los contextos de enojo social pueden causar violencia”.
Matilde De los Santos
El Buen Tono


