


Córdoba.- El tema del Mando Único utilizado por el alcalde Tomás Ríos para tratar de confundir a la población y desviar la atención hacia la permanencia o no de dicha corporación se vino abajo ayer, ante el acuerdo del edil y de representantes de dicha corporación de trabajar coordinadamente, inyectándole mayores recursos este año.
Para quienes se desgarraron las vestiduras como el senador Juan Bueno Torio y el diputado Hugo Fernández Bernal, quienes pidieron la salida de dicha corporación, ayer se comprobó que sólo quisieron jalar reflectores ante algo que se veía lógico… la permanencia de dicha corporación.
Sin embargo, la población tiene claro que lo que el Ayuntamiento trata de ocultar y sacar de foco de atención, son las agresiones de “inspectores garrote” que persiguen a vendedores informales para decomisarles su mercancía, con alarde de
prepotencia.
Hasta por internet se meten a los grupos de ventas libres, para interceptarlos y despojarlos de sus productos.
Y lo peor, en el Palacio municipal, todo mundo sabe que el director de Comercio, Jean Paul González, no fue lesionado por empleados de este rotativo, quienes le reclamaron la devolución de las letras de El Buen Tono que había quitado en el centro histórico, como quiso vender la idea a todos, sino que se lesionó en un juego de futbol llanero, en el cual participó en la víspera.
De acuerdo a la multicomentada columna El Minutero, publicada el 9 de este mes, todos en el palacio fueron testigos de sus lesiones anticipadas, por lo cual el día de la protesta llevaba una mano vendada.
Empleados y directivos de Comercio no son “madres de la caridad” ni “almas bondadosas”, como lo agrega el editorial antes referido, sino tremendos pillos al mando de quien regentea y administra los sobornos y extorsiones que acopian: Juan Paul González Rannauro, el recomendado del eterno enchufado a la nómina legislativa Juan Bueno Torio, quien hoy también se desgarra las vestiduras.
de la redacción
El Buen Tono


