
Por Nayeli Ríos
El Buen Tono
Córdoba.- Con la soberbia que da saberse impune, Manuel Alonso Cerezo, el candidato impugnado de Morena y experto en redes de facturación simulada, ha convertido su campaña en un insulto a la ley electoral. A menos de una semana de su arranque formal, ya va en camino de rebasar el tope de gastos establecido por el OPLE, mientras simula legalidad ante un Instituto Nacional Electoral (INE) que hasta ahora se ha hecho de la vista gorda.
Manuel Alonso, viejo conocido por “cuadrar” cuentas a modo cuando fue funcionario, cree que el INE es un obstáculo más a maquillar.
Pero el nivel de derroche no deja margen a la duda: su campaña ya exhibe gastos que deben ser auditados con urgencia por la Unidad Técnica de Fiscalización.
Según estimaciones, tan sólo en los primeros días de campaña Alonso Cerezo ya habría gastado más de 950 mil pesos.
Su evento de inicio fue un espectáculo caro, maquillado para aparentar “respaldo popular”, pero financiada “en lo oscurito”.
Más de 30 camiones enviados desde comunidades, 20 vehículos rentados, montaje de tarimas, equipo de sonido, batucada, logística, todo bajo el mando del diputado Juan Tress Zilli, principal operador de este despilfarro con olor a delito electoral.
Transporte y acarreo: más de $250,000
Templete, sillas, sonido, batucada: alrededor de $100,000
Propaganda personalizada (camisas, gorras, lonas): más de $22,000
Espectaculares rentados en puntos clave: hasta $2 millones, si se consideran tarifas de mercado regional.
Como ya es costumbre, estos gastos pretenden disfrazarse de “aportaciones voluntarias”, fórmula ya conocida para simular cumplimiento ante el INE y ocultar financiamiento paralelo, prohibido por la ley.
Mientras el candidato infla su campaña con recursos de procedencia cuestionable, la autoridad electoral guarda silencio. El llamado es claro: la Unidad Técnica de Fiscalización debe intervenir de inmediato y auditar cada peso, cada servicio, cada contrato disfrazado de “donativo”. No hacerlo es legitimar la simulación.
La campaña de Manuel Alonso no sólo es ilegal en los hechos, sino moralmente ofensiva para los ciudadanos. Está montada por personajes reciclados como Marcos Galicia, Jorge López Tress, y otros operadores del viejo régimen panista, hoy camuflados bajo los colores de Morena.
Alonso Cerezo no representa la transformación, representa lo peor del sistema: el fraude disfrazado.
