
Amatlán.- En la feria de Amatlán, ponis son obligados a dar vueltas en un carrusel durante horas, desde la tarde hasta la madrugada. Sin agua, sin descanso, bajo el calor abrasador, la música estruendosa y el bullicio constante. Están exhaustos. Algunos ya no pueden ni sostenerse en pie. Sus ojos tristes y cuerpos débiles hablan de sufrimiento, pero los siguen obligando a trabajar.
Y no termina ahí. Otros caballos y ponis son usados como atracción para fotos o paseos. Los tienen de pie todo el día, bajo el sol, soportando el cansancio, el estrés y el maltrato de quienes los montan una y otra vez. Muchos presentan heridas por los arneses, están deshidratados y jadean de agotamiento… y nadie interviene.
Esto no es entretenimiento. Es abuso. Es explotación.
Todo por lucrar con el dolor de seres vivos que sienten miedo, dolor y agotamiento como tú o como yo.
¿De verdad eso es “divertido”? ¿Cómo es posible que lo veamos como algo normal?
💔 No seas cómplice. No lo apoyes. No lo permitas.
Alcemos la voz por quienes no pueden defenderse.
¡Basta de crueldad animal disfrazada de tradición!
