
Agencias
EU.- Estados Unidos y China han pactado una reducción mutua de aranceles a las importaciones durante un periodo de 90 días, en lo que se considera un importante paso para desescalar la guerra comercial entre ambas potencias. El anuncio fue realizado por el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, tras las negociaciones sostenidas en Ginebra, Suiza.
Durante este periodo de tregua comercial que inicia el 14 de mayo, Washington reducirá sus aranceles del 145% al 30%, mientras que Beijing bajará los suyos del 125% al 10%. La medida busca reactivar el comercio bilateral, estabilizar los mercados y dar paso a una nueva etapa de diálogo económico.
“Ninguna de las partes quiere un desacoplamiento económico. Queremos comercio, pero uno más equilibrado”, afirmó Bessent.
🔍 Un respiro para mercados y empresas
El acuerdo ha tenido un efecto inmediato en las bolsas: el índice Hang Seng de Hong Kong cerró con una subida del 3%, mientras que las bolsas europeas abrieron al alza y Wall Street anticipa un repunte del 2-3%. También el precio del petróleo Brent subió más de 3%, aunque el oro, considerado refugio ante la incertidumbre, cayó 3%.
🔄 Retos pendientes y tensiones estructurales
Pese al alivio, persisten temas espinosos: protección de propiedad intelectual, transferencia forzada de tecnología, subsidios industriales y regulación comercial. Estados Unidos exige cambios estructurales, mientras que China enfrenta presiones internas por su crisis inmobiliaria y el desempleo juvenil.
Ambas naciones acordaron establecer un mecanismo permanente de diálogo, liderado por Bessent y el viceprimer ministro chino, He Lifeng, para continuar las negociaciones.
🧠 Contexto: del enfrentamiento al entendimiento
El conflicto arancelario se intensificó bajo el mandato del presidente Donald Trump, quien impuso aranceles sin precedentes como medida de presión contra el déficit comercial con China. Beijing respondió con represalias, afectando gravemente las cadenas de suministro globales y elevando el temor a una recesión mundial.
Este acercamiento ofrece una ventana de oportunidad para reconfigurar la relación económica más influyente del planeta, aunque los expertos advierten que “queda mucho trabajo por hacer”.
