
AGENCIA
Vietnam.- Oculta en la densa selva del centro de Vietnam, la cueva de Hang Son Doong -conocida como “cueva del río de la montaña”- es uno de los pocos lugares inexplorados que aún existen en la Tierra. Con unos 3 millones de años de antigüedad, esta maravilla natural ha ganado atención no solo por su tamaño colosal, sino por los misteriosos avistamientos de seres reptilianos y grises que, según testigos locales, habitan sus profundidades.
Ubicada en la provincia central de Quang Binh, dentro del parque nacional Phong Nha-Ke Bang, la cueva fue descubierta en 1990 por un lugareño llamado Ho Khanh. Tiene más de 200 metros de ancho, 150 metros de alto y se extiende por al menos 6,5 kilómetros -dimensiones tan vastas que permitirían albergar una manzana entera de rascacielos de Nueva York-.
El interior de la cueva está moldeado por la acción de dos grandes ríos, el Khe Ry y el Rao Thuong, que convergen para formar el pasaje principal. Su volumen total, 38,5 millones de metros cúbicos, la convierte en la cueva más grande del mundo, superando a la Cueva del Ciervo en Malasia. También alberga estalagmitas de hasta 80 metros de altura, las más grandes registradas hasta ahora.
¿Criaturas ocultas bajo tierra?
Lo que más ha despertado la curiosidad de investigadores y visitantes son los relatos de la población local, quienes afirman haber visto en varias ocasiones a criaturas humanoides reptilianas, erguidas sobre dos patas, salir de la cueva. Algunas descripciones las comparan con serafines, las serpientes aladas mencionadas en la tradición cabalística, lo que ha generado múltiples teorías sobre la naturaleza y origen de estos avistamientos.
Aunque no existe evidencia científica que respalde la existencia de estos seres, los informes siguen alimentando el misticismo en torno a esta cueva milenaria, que aún guarda zonas inexploradas.
Son Doong sigue siendo uno de los destinos más enigmáticos y espectaculares del planeta, combinando una geología extraordinaria con leyendas que invitan tanto al asombro como a la reflexión.
