

Cada año, hasta 800 mil cabezas de ganado ingresan a México sin registro sanitario, lo que representa un grave problema para el sector ganadero. De acuerdo con cifras del sector y declaraciones del senador Mario Vázquez en el Congreso, sólo 20 mil de estos animales son inspeccionados de manera oficial por la Secretaría de Agricultura, lo que ha permitido la proliferación de problemas sanitarios de gran magnitud.
Uno de los factores más alarmantes es la propagación del gusano barrenador, un parásito que afecta al ganado al invadir sus heridas y que ya ha causado la suspensión de las exportaciones de ganado en pie hacia Estados Unidos. Este brote ha afectado gravemente a estados como Chihuahua y Sonora, donde los ganaderos luchan por recuperar el acceso a los mercados internacionales.
Según el senador Vázquez, el impacto económico del brote podría ser mucho mayor de lo que se ha estimado. El Consejo Nacional Agropecuario (CNA) ha calculado pérdidas que superan los 11 millones de dólares diarios, debido a que más de 5 mil 700 reses permanecen detenidas, sin poder ser exportadas. Los ganaderos han reportado pérdidas directas y una gran preocupación por las consecuencias a largo plazo para su producción.
El gusano barrenador, que se propaga fácilmente en zonas con falta de vigilancia sanitaria y tratamiento antiparasitario, es uno de los principales responsables del estancamiento en las exportaciones. La frontera sur de México ha sido identificada como un punto crítico, donde el ingreso irregular de ganado sin trazabilidad ni desparasitación se ha convertido en una amenaza constante para la sanidad del país.
Aunque se han implementado medidas como cuarentenas y la aplicación de ivermectina, el brote continúa avanzando. Los ganaderos han señalado que, si no se toma acción inmediata, será difícil recuperar los mercados internacionales y evitar un daño irreversible al sector.
El senador Mario Vázquez ha solicitado al Gobierno federal investigar a las empresas que compran ganado sin registro sanitario y reforzar los controles en la frontera sur. Este fenómeno, advierten expertos, no solo representa un riesgo sanitario, sino también un serio desafío económico, especialmente para los pequeños y medianos productores.
Los representantes del sector ganadero han insistido en la necesidad de establecer medidas más estrictas y mantener una vigilancia permanente para evitar que el brote se extienda a otras regiones clave del país, protegiendo así la estabilidad y el futuro del sector ganadero mexicano.
