

De la redacción
El Buen Tono
Ixhuatlán del Café, Ver., 17 de mayo de 2025.— La renuncia del tesorero Andrés Herrera no es más que una cortina de humo. Mientras el llamado “Conta” se va en medio de señalamientos por irregularidades financieras y falta de preparación, la alcaldesa Dora Galicia Contreras sigue operando con total impunidad y usando los recursos públicos como si fueran propios. La administración 2022–2025 no solo ha estado marcada por la opacidad, sino por el uso faccioso del poder para mantener el control político a cualquier costo.
Desde su designación, el nombramiento de Herrera fue ilegal. La ley exige contar con título y cédula profesional con al menos un año de antigüedad al momento de asumir el cargo, requisito que no cumplió. Sin embargo, Dora Galicia lo impuso para premiar lealtades políticas. Como resultado, los desvíos, los subejercicios, las improvisaciones presupuestales y la manipulación del gasto público han sido la constante. Solo basta recordar que intentaron redirigir casi 4 millones de pesos —etiquetados para obras como el Palacio Municipal y un centro cultural— hacia rubros como gasolina, auditorías y supuestos gastos de operación mal planeados.
La ciudadanía exige saber de dónde salieron los recursos para obras no autorizadas como el muro de contención; cuánto se ha gastado y bajo qué partida, si supuestamente “no ha salido un solo peso”. La falta de respuestas es un insulto a la inteligencia colectiva. El uso arbitrario del FORTAMUN no puede seguir justificándose con discursos técnicos vacíos. Esta es una administración que no sabe presupuestar, pero sí sabe desviar.
Peor aún es el silencio de los ediles. El síndico Ignacio Luna y las regidoras María Romero y Lorena Reynoso han guardado complicidad o indiferencia ante un evidente uso ilegal de los recursos. El cargo les exige fiscalizar, no aplaudir. Si no actúan para exigir la separación del cargo de los responsables, serán parte del mismo lodazal.
En Ixhuatlán del Café, lo que urge no es un baile, una bandera ni un candidato de continuidad. Lo que urge es cortar de raíz una administración que ha usado al municipio como negocio personal y ha convertido la Tesorería en caja chica electoral. El “Conta” se fue, pero el saqueo continúa.
