

Sandra González
El Buen Tono
Orizaba.- La Diócesis de Orizaba se sumó a la consternación expresada por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) tras el asesinato de Ximena Guzmán y José Muñoz, integrantes del equipo de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, crimen ocurrido recientemente en la capital del país.
Helkyn Enríquez Báez, vocero de la Diócesis, manifestó que estos hechos se suman a una dolorosa cadena de violencia que “refleja el debilitamiento del tejido social, la impunidad y la ausencia de paz en vastas regiones de nuestra nación”.
Recordó que apenas el pasado 19 de mayo, tras la masacre de siete jóvenes en Guanajuato, la Iglesia Católica reiteró su preocupación por el crecimiento de la violencia.
El portavoz subrayó que desde la fe, todavía es posible aspirar a un México en el que florezcan la vida, la justicia y la paz, siempre y cuando exista colaboración entre todos los sectores sociales.
Finalmente, Enríquez Báez expresó a nombre de la Iglesia de Orizaba su solidaridad y cercanía espiritual con las familias de las víctimas, así como con sus compañeros de trabajo, pidiendo a Dios que les conceda consuelo y fortaleza en medio del dolor.
