

De la Redacción
El Buen Tono
Córdoba, Ver.- Luego de conmemorar el Día Mundial del Medio Ambiente, el gobierno de Juan Martínez priorizó una obra cuestionada por vecinos y estudios técnicos. El Centro de Transferencia contemplaba 152 impactos ambientales, de los cuales 126 eran adversos, y las autoridades municipales lo sabían.
El pasado 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, el presidente municipal Juan Martínez Flores y la síndica Vania López González anunciaron con bombo su compromiso con “acciones que beneficien el medio ambiente de Córdoba”. Sin embargo, documentos oficiales revelan que, paralelamente, impulsaban con opacidad el Centro de Transferencia de Residuos Sólidos en la unidad Homex, un proyecto rechazado por vecinos y con 126 impactos ambientales adversos reconocidos en su Manifestación de Impacto Ambiental (MIA).
Desde mayo de 2022, habitantes de la unidad Colina de San José (conocida como Casas Homex) denunciaron que el Ayuntamiento planeaba instalar el centro “frente a sus hogares, sin consultarlos”; los inconformes alertaron que sería “un foco de infección” para las familias y comunidades aledañas. Pese a sus protestas, el gobierno ignoró sus demandas, violando el principio de participación ciudadana establecido en la Ley General del Equilibrio Ecológico.
Dicho estudio desnudó los riesgos y, aunque las autoridades lo sabían, se decidió imponer el proyecto. La MIA del proyecto (expediente UT/COR/012/2025) admitió 152 impactos ambientales, de los cuales 126 son adversos (83%) y solo 26 “beneficiosos”. Aunque se declaró el proyecto “ambientalmente viable”, se condicionó su éxito al “cumplimiento estricto de medidas de mitigación”, una promesa frágil en un municipio con historial de incumplimiento normativo.
El estudio incluso reconoció que el proyecto no resolvería el desbordamiento de basura: en 2024, Córdoba generó 70,678 toneladas de residuos, transportadas al relleno sanitario de “Los Colorines” en Nogales, con un costo de 23.9 millones de pesos.
