

De la Redacción
El Buen Tono
Córdoba.- La supuesta vigilancia jurídica que debía encabezar Vania López González durante su paso como síndica en el ayuntamiento de Córdoba fue una cortina de humo para encubrir los desfalcos del yunismo encabezado por Leticia López Landero.
Pese a las denuncias ciudadanas y a las observaciones del Orfis que evidenciaron el desvío de recursos públicos para la construcción de la llamada casa del “Bodoque”, Isaac Luz, Vania López optó por la omisión: no impulsó proceso legal alguno, no exigió rendición de cuentas, y mucho menos actuó en consecuencia contra los responsables.
La síndica también permitió que Marcos Galicia, incondicional de la exalcaldesa panista, siguiera operando una tienda instalada en el espacio público del Quinto Centenario, construida con dinero del erario. Nunca se atrevió a removerlo.
Mientras busca colarse como regidora en la siguiente administración –al igual que su hermana Itzel López, quien ni siquiera reside legalmente en Córdoba–, Vania López arrastra un historial de nepotismo y simulación. Basta con recordar que su tía, Tayde López, sigue cobrando en la nómina municipal como directora de Ecología, sin que se conozca una sola acción relevante bajo su gestión, dicha funcionaria ha permanecido por varias administraciones mientras Córdoba se convierte en una plancha de concreto con cuerpos de agua contaminados.
Como figura pública, Vania López ha sido leal al legado corrupto de la administración de Leticia López, mantuvo intacto al equipo jurídico heredado de la gestión yunista, blindando toda posibilidad de justicia. Ni una sola denuncia prosperó, y tampoco hay pruebas claras de que alguna vez haya existido voluntad para que así fuera.
Por el contrario y en el colmo del cinismo, terminó formando parte del equipo político desde el Partido Verde con la promesa de espacios y que en las siguientes elecciones se logre una candidatura, por lo que el Partido Verde se ha convertido en un refugio de delincuentes y corruptos.
