

AGENCIA
Teherán/Washington.- La tensión en Medio Oriente alcanzó un nuevo punto crítico este domingo luego de que el Ministerio de Exteriores de Irán acusara a Estados Unidos de haber iniciado una “peligrosa guerra” tras el ataque a tres de sus instalaciones nucleares, en lo que ya se perfila como una de las mayores escaladas militares entre ambas naciones en años recientes.
“Estados Unidos ha lanzado una peligrosa guerra contra Irán al completar la cadena de violaciones y crímenes cometidos por el régimen sionista”, declaró la Cancillería iraní en un comunicado, en alusión a su alianza con Israel. Teherán calificó los ataques como una “flagrante violación sin precedentes” de la Carta de las Naciones Unidas y del derecho internacional.
El presidente estadounidense, Donald Trump, confirmó horas antes los bombardeos “exitosos” contra las instalaciones nucleares iraníes de Isfahán, Natanz y Fordó, esta última considerada clave en el programa de enriquecimiento de uranio del país persa. Según Trump, la operación fue diseñada para “interrumpir la amenaza nuclear iraní” y “destruir su capacidad atómica”.
“El número uno de los estados promotores del terror ha recibido el mensaje”, expresó Trump en un mensaje a la nación, acompañado por su gabinete de seguridad. El mandatario advirtió a Irán que “vendrán ataques mucho más grandes” si no se aviene a un acuerdo de paz.
En respuesta, Irán solicitó de inmediato una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad de la ONU para condenar lo que describió como ataques “ilegales” y “salvajes”, perpetrados en “connivencia criminal” con Israel. En una carta enviada a la presidencia de turno del Consejo, la misión iraní advirtió que tanto Washington como Tel Aviv deben “rendir cuentas” por sus acciones.
El canciller iraní, Abás Araqchí, elevó aún más el tono acusatorio al señalar que el presidente Trump “traicionó la confianza” de Irán al colaborar con Israel durante un proceso activo de negociaciones diplomáticas. Desde Estambul, Araqchí denunció la “ruptura deliberada de la diplomacia” por parte de Washington y Londres, y advirtió que Irán se reserva “todas las opciones” para defender su soberanía y su pueblo.
“No tenemos aún datos completos sobre el alcance de los daños en Isfahán, Natanz y Fordó, pero el mero hecho del ataque constituye una violación del derecho internacional”, insistió el funcionario iraní.
Por su parte, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) informó este domingo que no se ha detectado un incremento en los niveles de radiación fuera de las instalaciones atacadas. “Hasta el momento, no se ha registrado ningún aumento en los niveles de radiación”, aseguró el organismo en un comunicado.
Las reacciones no se hicieron esperar en Israel, donde el primer ministro Benjamín Netanyahu celebró los bombardeos. “Felicidades, presidente Trump. Su audaz decisión cambiará la Historia”, manifestó el líder israelí en un mensaje publicado en sus redes sociales.
Mientras la comunidad internacional guarda silencio o se prepara para nuevas rondas de consultas, la región se encuentra en alerta máxima, en espera de posibles represalias iraníes y un nuevo repunte del conflicto con implicaciones globales.
