AGENCIA
Ciudad del Carmen, Campeche.- La crisis financiera que arrastran las pequeñas y medianas empresas proveedoras de Pemex se ha agudizado. Además de los persistentes adeudos de la empresa estatal, ahora enfrentan el embargo de sus cuentas bancarias por parte de autoridades fiscales, debido al incumplimiento en el pago de impuestos y otras obligaciones, derivado de la misma falta de ingresos.
La situación afecta principalmente a más de 50 pymes del sector petrolero en Campeche, las cuales han quedado atrapadas en un “círculo vicioso”: No reciben pagos de Pemex, y sus cuentas están congeladas, lo que las imposibilita para cumplir con sus compromisos laborales y operativos, dejando sin ingresos a cientos de familias.
Ante esta emergencia, la diputada federal Rocío Abreu Artiñano, presidenta de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, solicitó una reunión urgente con el secretario de Hacienda y Crédito Público, Edgar Amador Zamora, para exponer la problemática y buscar alternativas que permitan liberar las cuentas y reactivar la economía local.
“El SAT ha intervenido las cuentas bancarias de empresas que no pueden pagar sus impuestos porque Pemex no les paga. No podemos ser deudores y sancionadores al mismo tiempo”, declaró Abreu, quien desde diciembre ha solicitado sin éxito una reunión con Antonio Martínez Dagnino, titular del SAT. También anunció que solicitará formalmente al organismo que emita excepciones temporales para las empresas afectadas por el impago institucional.
Rafael Espino De la Peña, presidente de la Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Petroleros (Amespac), alertó que la situación es insostenible. Además de los 400 mil millones de pesos reconocidos en adeudos, denunció que Pemex ha frenado el registro de nuevas facturas en su plataforma Copades, lo que impide a las empresas formalizar servicios ya prestados. “Hay más de 50 mil millones de pesos no facturados por bloqueo del sistema”, dijo.
Espino advirtió que, si no se libera flujo económico para las pymes, Pemex podría enfrentar paros o reducción de operaciones a partir de julio. La gravedad del caso ha escalado a nivel federal, y aunque la presidenta Claudia Sheinbaum ha asegurado que ya se trabaja en una solución, los recursos comenzarían a liberarse hasta el próximo mes, según lo anunciado recientemente.
Mientras tanto, las empresas locales siguen al borde del colapso. La diputada Abreu insistió en que es necesaria una mesa de trabajo tripartita entre Pemex, Hacienda y el SAT, con la apertura del sistema Copades y el desbloqueo inmediato de cuentas como pasos urgentes para evitar un desastre económico en una de las regiones más estratégicas para la producción petrolera del país.
