

De la Redacción
El Buen Tono
Orizaba.- El ayuntamiento de Orizaba, bajo la administración autoritaria de Juan Manuel Diez, no sólo convirtió el teatro Ignacio de la Llave en una máquina de hacer dinero, también en un espacio donde la libertad de expresión está secuestrada por los intereses políticos.
Este recinto cultural, patrimonio de los orizabeños, opera bajo reglas absurdas impuestas por la administración municipal: rentas de hasta 18 mil pesos por día y condiciones que rayan en la censura descarada.
Se ha documentado que a diversos artistas, promotores y conferencistas se les prohíbe hablar o emitir críticas hacia cualquier funcionario del ayuntamiento, y menos se les permite mencionar a Juan Manuel Diez.
El problema no termina ahí. Los ingresos generados por la renta del inmueble se suman a una larga lista de recaudaciones municipales que no cuentan con información pública sobre su uso o destino.
