

Tinta ácida
El Buen Tono
Alpatláhuac.- El Órgano de Fiscalización Superior (Orfis), detectó una obra con múltiples irregularidades en el municipio, a la que se destinaron 4 millones 12 mil 204 pesos para la rehabilitación de apenas 500 metros de camino en Calzacayo.
A pesar de que el informe técnico señala fallas evidentes en la realización y anomalías administrativas, dicho ente fiscalizador se mantiene sin aplicar responsabilidades ni promover sanciones.
El proyecto se adjudicó mediante el método de invitación a tres personas, esquivó el proceso de licitación pública.
La obra se reportó como terminada en julio de 2022, aunque desde entonces el camino registra grietas, hundimientos y deterioro general.
El informe del Orfis confirmó que hubo trabajos mal ejecutados, supervisión deficiente, y mantenimiento deficiente, sin que hasta hoy se haya corregido el daño que existe.
Desde 2022, las observaciones están documentadas; sin embargo, el organismo permitió que el expediente permanezca sin seguimiento efectivo. En tanto que el alcalde, Leonel Sánchez Reyes, continúa en funciones sin enfrentar consecuencias.
La omisión, que también es corrupción, favoreció que los recursos públicos se perdieran sin justicia ni reparación.
La comunidad de Calzacayo denunció que el camino quedó en peores condiciones que antes, y que el abandono institucional es evidente.
Mientras los habitantes enfrentan los efectos de una obra inservible, el Orfis mantiene una actitud pasiva, permitiendo que los señalamientos contra Sánchez Reyes se queden en papel y sin resultados.
La falta de acciones firmes refuerza un patrón de impunidad que se repite en varios municipios.
La fiscalización, lejos de garantizar justicia, se convirtió en un trámite burocrático que deja desprotegido al patrimonio público.
En Alpatláhuac, los 4 millones fueron pagados y el camino quedó destruido. El Orfis lo sabe, pero no actúa.
