

De la Redacción
EL BUEN TONO
Córdoba, Ver.- Juan Martínez Flores, mantiene una nómina inflada con 867 empleados de confianza. Más del 61 por ciento (%) del personal cobra sin base en puestos otorgados por dedazo y sin resultados. Esta figura jurídica se ha convertido en el caballo de Troya para perpetuar un sistema de prebendas donde la eficiencia administrativa es sacrificada en el altar del clientelismo político.
Según información del mismo portal del ayuntamiento de Córdoba, por ejemplo el emblemático caso de Limpia Pública revela la magnitud del contrasentido: con 132 plazas de confianza, la cifra más alta de toda la estructura municipal, la ciudad sigue sepultada en basura, con calles convertidas en vertederos improvisados y recolección errática.
Similar paradoja exhibe Tránsito y Movilidad, donde 85 “empleados de confianza” no han podido contener la epidemia de accidentes viales ni descongestionar el caos circulatorio.
La opacidad de este esquema permite tres formas de distorsión institucional: Primero, el acomodo de familiares y correligionarios en plazas fantasma que no requieren procesos de selección ni evaluación de desempeño. Segundo, la creación de aviadores que perciben sueldos sin contraprestación real de servicios, particularmente en áreas como Parques y Jardines con 80 plazas confianza o los 49 puestos de confianza en Parquímetros, donde la ciudadanía paga servicios inexistentes. Tercero, la venta discrecional de plazas temporales que convierten el erario público en botín de grupo.

