


Alejandro Aguilar
El Buen Tono
Córdoba, Ver.- La colonia Paraíso se ha convertido en un emblema del descuido institucional bajo la actual administración municipal encabezada por Juan Martínez Flores. La acumulación desbordada de residuos en el Centro de Acopio es la postal más cruda y ofensiva, una herida abierta que emite olores fétidos que impregnan el aire, agravados severamente por la combinación de las recientes lluvias y el calor intenso.
Este punto de insalubridad no opera en aislamiento; su impacto macabro se extiende hasta el vecino panteón municipal, donde zopilotes, atraídos por el festín de desechos, se posan sobre lápidas y mausoleos, profanando la solemnidad del camposanto en su búsqueda de alimento.
Este abandono ambiental se entrelaza con una crisis de seguridad que ahoga a los residentes. Los robos a viviendas han escalado, forzando a las familias a organizarse en redes de vigilancia vecinal, una respuesta comunitaria desesperada ante la ausencia palpable de autoridad y protección efectiva. Mientras los ciudadanos se turnan para cuidarse, la respuesta institucional brilla por su silencio.

