


La Unión Europea (UE) y sus países miembros no tiran la toalla ante la nueva advertencia del presidente estadounidense, Donald Trump, de imponer aranceles del 30 % a productos europeos a partir del 1 de agosto. A pesar de esta escalada, los líderes europeos insisten en seguir negociando con Estados Unidos para evitar una guerra comercial que podría afectar gravemente las relaciones económicas internacionales.
El presidente Trump anunció a través de su red social, Truth Social, que planea aumentar los aranceles sobre los productos del bloque europeo, que actualmente se sitúan en un 10 % general, y en 25 % para sectores clave como acero, aluminio y vehículos. En una carta dirigida a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, Trump dejó claro que la medida será independiente de otras tasas sectoriales ya existentes.
En respuesta, Von der Leyen reiteró el compromiso de la UE para seguir trabajando en un acuerdo antes del 1 de agosto, pero también dejó abierta la puerta a adoptar “contramedidas proporcionadas” si fuera necesario para proteger los intereses europeos. “Tomamos nota de la carta enviada por el presidente Trump y seguimos dispuestos a negociar”, afirmó.
Líderes de diversos países, como España, Francia, Alemania, Italia, Portugal, Países Bajos y Suecia, han expresado un mensaje unificado: la voluntad de mantener la negociación activa, pero también la firmeza para proteger sus intereses comerciales y económicos.
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, enfatizó en sus redes sociales que “la apertura económica y el comercio crean prosperidad, pero los aranceles injustificados la destruyen”, y manifestó su respaldo a la Comisión Europea en las negociaciones.
Por su parte, Emmanuel Macron destacó que las conversaciones “se van a intensificar para lograr un acuerdo mutuamente aceptable”, mientras que la ministra alemana de Economía, Katherina Reiche, pidió un enfoque pragmático y rápido.
Este lunes se celebrará un Consejo extraordinario de ministros de Comercio de la UE para analizar la situación y definir las posibles acciones a tomar antes de que entren en vigor las medidas anunciadas por Washington.
Con el telón de fondo de estas tensiones comerciales, la Unión Europea busca no solo evitar un conflicto arancelario que podría afectar a millones de empresas y consumidores, sino también fortalecer sus alianzas globales mediante un diálogo abierto y constructivo.

