Efraín Hernández
El Buen Tono
Fortín.- A pesar del veto impuesto por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), y la Comisión del Agua del Estado de Veracruz (CAEV), por la falta de infraestructura hídrica, el alcalde, Gerardo Rosales Victoria, continúa autorizando la construcción de nuevos fraccionamientos, sin importar que los actuales registren desabasto del vital líquido.
En el año de Hidalgo, a cinco meses de que se vaya, y sin autorización federal para dotar de agua potable a más asentamientos, permite que se expandan en el municipio.
El edil, hizo caso omiso, lo que también es corrupción, a las restricciones legales y técnicas, seguramente porque recibió moches de las constructoras.
La situación puede explicarse con corrupción de por medio.
La única lógica detrás de las aprobaciones es que Rosales esté recibiendo dinero a cambio de firmar permisos que comprometen el futuro de la ciudad y de sus habitantes.
El municipio carece de capacidad hidráulica para abastecer a las colonias ya existentes y aun así se otorgan licencias a desarrolladores, pasando por alto que ni siquiera se garantiza el agua.
Tal omisión no es accidental, es deliberada y criminal.
La irresponsabilidad de la administración pone en riesgo el bienestar de miles de familias, mientras el edil convierte el ayuntamiento en una oficina de negocios al servicio de intereses privados para enriquecerse.
