


“¿Dónde estaban? ¡Digan, dónde estaban sus compañeros de trabajo?”. El dolor de una sobrina, la exigencia de una esposa y el silencio incómodo de los mandos policiales marcan el clima de indignación tras el brutal asesinato del subcomandante Roberto Méndez, acribillado con 88 disparos el pasado 14 de julio.
El crimen, que ya es investigado como un ataque premeditado y ejecutado por delincuencia organizada, ha dejado una herida profunda en la corporación de policía municipal. Las imágenes captadas por una cámara de seguridad, difundidas en redes sociales, muestran el momento exacto en que el agente fue emboscado mientras realizaba una llamada con su celular personal —aparato que hoy es clave en la investigación.
Un homenaje entre lágrimas y sospechas
Durante el velorio, la policía montó una Guardia de Honor, pero la familia de Méndez no ocultó su dolor ni su reclamo. “Él no estaba coludido con nadie”, afirmó su esposa frente al féretro. Exigió respeto y justicia, además de que se le permita cremar sus restos.
Las declaraciones de la fiscal del estado, María Elena Andrade, confirmaron que el crimen fue planeado y que se usó el celular del comandante como señuelo para tenderle la trampa. “Se está investigando a gente cercana, a otros agentes… Todo el entorno es relevante”, dijo.
¿Traición desde dentro?
Una de las preguntas más incómodas surgió durante una rueda de prensa al director de la Policía de Mexicali, Luis Felipe Chan:
— “¿Lo pusieron al agente?”
— “¿Perdón? Umm… no sé, no me atrevería yo a afirmar algo en ese sentido”, respondió, visiblemente incómodo.
Las dudas crecen. La sospecha de una traición interna ha puesto en la mira a la propia corporación.
Rumores, dolor y una ciudad que exige respuestas
Durante el sepelio, un familiar gritó desconsolado: “¡Fueron los rusos! Busquen a los rusos!”, en una escena que refleja el nivel de desinformación, dolor y confusión que reina en torno al caso.
Mientras tanto, la ciudad permanece herida, y la familia del comandante clama por algo que, a estas alturas, parece lo más difícil de obtener: verdad, justicia y dignidad.


