


De la Redacción
El Buen Tono
Atoyac.- La carretera estatal Atoyac-Paso del Macho es una trampa mortal que las autoridades decidieron omitir deliberadamente, lo que también es corrupción.
A la altura del puente de Atoyac y El hoyanco formado hace más de seis años en la orilla del puente en la curva conocida como El Chiquihuite, el abandono es absoluto y la flojera gubernamental, descarada.sigue ahí, como recordatorio de que a las autoridades les tiene sin cuidado la seguridad de los ciudadanos.
La excusa oficial es siempre la misma, que el puente está protegido por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), como si eso justificara el dejarlo caer sin ofrecer una alternativa ni mantenimiento preventivo.
En lugar de soluciones, los gobiernos pasan con promesas, simulando interés mientras permiten que el socavón crezca y ponga en riesgo a todo aquel que se atreva a cruzar por ahí.
Peor aún es el caso de El Chiquihuite, donde la carpeta asfáltica se hundió.
El paso de tráileres y camiones destrozó la vía, y lo que queda es una parte peligrosa para automovilistas y motociclistas.
Se carece de señalética, faltan reparación y presencia institucional. Sólo hay abandono y una espera silenciosa para que ocurra una tragedia que pudo prevenirse.
Cada día que pasa sin una intervención en esta carretera es una muestra más de cómo el gobierno abandona a su suerte a las comunidades rurales, mientras el dinero público se va en eventos, simulaciones y autopromoción.
Si alguien muere en esta carretera, el culpable será el ayuntamiento que preside Carlos Alberto Ventura de la Paz.


