


Alejandro Aguilar
El Buen Tono
Córdoba.- El título de Pueblo Mágico que ostenta Córdoba pende de un hilo debido a la falta de acciones concretas para preservar su patrimonio y mejorar la experiencia urbana, según un crudo análisis presentado recientemente.
Existe un abismo entre la distinción otorgada por su historia y patrimonio, y la realidad tangible que enfrentan residentes y visitantes. Quejas constantes en redes y medios sobre el deterioro urbano evidencian una problemática profunda: fuera del primer cuadro, calles oscuras, solitarias y descuidadas generan inseguridad y disuaden a los turistas, reduciendo drásticamente el tiempo de estancia y las actividades económicas asociadas. El mantenimiento insuficiente está estrangulando el potencial turístico.
Fernando Miranda Flores, arqueólogo adscrito al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), fue contundente al señalar las múltiples fallas. Su crítica se centra en tres frentes de abandono. Primero, el sitio arqueológico de Toxpan es un símbolo de la inacción institucional. Pese a un ambicioso plan de manejo desarrollado en 2017 en colaboración con el INAH y la Universidad Veracruzana –que proponía un parque arqueológico para visitar las ruinas no excavadas mediante acondicionamiento e información–, el proyecto jamás se ejecutó.
Segundo, la ex Hacienda Toxpan, propiedad del gobierno estatal, representa otro capítulo de desaciertos y el fracaso rotundo del Museo del Azúcar, calificándolo como una “obra inútil” cuyo sistema multimedia colapsó en menos de un año.


