


Agencias
Saltillo, Coahuila.- Una mujer identificada como Mary, de 48 años, permanece en estado crítico en la Clínica 1 del IMSS tras haber ingerido una sandía presuntamente contaminada, que fue adquirida ya partida en un supermercado de una reconocida cadena comercial.
De acuerdo con testimonios de sus familiares, Mary comenzó a presentar síntomas alarmantes pocas horas después de consumir la fruta. Entre estos se encontraban fiebre alta, escalofríos, dolor abdominal severo y diarrea intensa. Al principio, se pensó que se trataba de una molestia estomacal común, sin embargo, su condición empeoró rápidamente y fue trasladada de emergencia al hospital.
Médicos del IMSS han diagnosticado una infección gastrointestinal grave, posiblemente causada por bacterias como Salmonella, Listeria monocytogenes o Escherichia coli (E. coli), todas ellas asociadas con el consumo de alimentos contaminados, especialmente frutas ya cortadas que han estado expuestas sin refrigeración adecuada.
🔬 ¿Por qué es tan riesgoso consumir frutas partidas?
Especialistas explican que las frutas, como la sandía, cuando son cortadas y no se conservan bajo condiciones estrictas de higiene y refrigeración, pueden convertirse en focos de infección. La contaminación puede presentarse por contacto con utensilios sucios o vectores como moscas, lo que incrementa el riesgo para el consumidor.
En este caso, Mary fue la única de su familia que consumió la fruta, lo que refuerza la hipótesis de que fue la sandía la que provocó la infección. Su situación médica se ha agravado considerablemente, presentando complicaciones como infección en la sangre, falla renal aguda e incluso signos de meningitis bacteriana. Actualmente, permanece bajo observación intensiva y recibe tratamiento con antibióticos de amplio espectro.
🛑 Llamado a la precaución
Hasta el momento, las autoridades sanitarias no han emitido un comunicado oficial, pero se recomienda a la población evitar el consumo de frutas partidas adquiridas en la vía pública o supermercados, a menos que estén debidamente refrigeradas y envasadas.
Este caso ha generado preocupación entre los consumidores y reaviva el debate sobre la supervisión sanitaria en la venta de alimentos frescos.


