


El cómic japonés “El futuro que yo vi” hablaba de un devastador tsunami en julio de 2025… y un sismo real de magnitud 8.8 acaba de golpear el Pacífico.
Un estremecedor terremoto de magnitud 8.8 sacudió este martes 30 de julio la costa este de Rusia, generando un tsunami que afectó zonas de Asia y América y obligó a activar alertas internacionales en todo el Pacífico. El epicentro fue ubicado en el mar de Ojotsk, cerca de la península de Kamchatka, a una profundidad de 19 km.
Y aunque el evento fue real y confirmado por agencias geológicas, muchos usuarios en redes sociales no tardaron en vincularlo con una presunta “profecía” que se viralizó meses antes: el manga “El futuro que yo vi” de Ryo Tatsuki, una obra publicada en 2021 en la que la autora aseguraba haber soñado con un gigantesco tsunami que ocurriría en julio de 2025 entre Japón y Filipinas.
De la ficción al miedo colectivo
El manga, que ya había generado ansiedad en Japón y China por su inquietante “predicción” del terremoto de Tohoku de 2011 (también mencionado en la obra original de Tatsuki), regresó con fuerza este año. En su versión de 2021, la autora describe un nuevo tsunami con olas “tres veces más altas” que las de aquel desastre nuclear.
Tras el terremoto de este 30 de julio, las redes estallaron con mensajes que aseguraban que la predicción se había cumplido. Aunque el epicentro fue en Rusia y no entre Japón y Filipinas, el pánico volvió a crecer. La Agencia Meteorológica de Japón ya había pedido recientemente a la población no dejarse llevar por rumores, y ahora ha reiterado que “las decisiones deben basarse en evidencia científica”.
Consecuencias reales del sismo
- En Kamchatka, Rusia, las olas alcanzaron hasta 4 metros, provocando evacuaciones masivas y daños materiales.
- Japón evacuó a más de 900 mil personas por alerta de tsunami en Hokkaido y la costa de Honshū.
- Hawái, California, México y otros países de América Latina también activaron sus protocolos de emergencia.
Hasta el momento, no se reportan muertes, pero sí varios heridos y daños en múltiples infraestructuras.
¿Predicción o coincidencia?
Para expertos como Florentino Rodao, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, esta fascinación con los desastres naturales es parte del imaginario japonés: “Les interesa mucho la previsión de catástrofes. Es una forma de expresar miedos colectivos”.
Por su parte, Oriol Estrada, asesor del Salón del Cómic de Barcelona, destaca que en Japón el manga tiene un peso social muy fuerte. “No es solo ficción. Es una herramienta de comunicación y educación. Pero lo que pasa con este manga es muy excepcional”.
Ambos coinciden en que la coincidencia entre el manga y los desastres reales responde más a la enorme cantidad de obras que tratan este tipo de temas que a una verdadera capacidad predictiva. Aun así, la superstición, el contexto sísmico de Japón y la potencia viral de TikTok han alimentado la percepción de que estamos frente a algo más.
El poder de la narrativa en tiempos inciertos
Mientras continúan las evaluaciones de daños y el monitoreo del tsunami real, queda en evidencia cómo una historia ilustrada puede sembrar miedo, cambiar comportamientos (como la caída del turismo desde China a Japón) y hasta influir en decisiones oficiales.
Lo cierto es que la combinación de temor colectivo, eventos reales y cultura pop ha creado una tormenta perfecta que pone a prueba la delgada línea entre realidad, ficción y profecía.


