


AGENCIA
San Salvador.- En una sorpresiva y polémica decisión, el Congreso de El Salvador, dominado por el oficialismo, aprobó este jueves una profunda reforma constitucional que permite la reelección presidencial indefinida, extiende el mandato presidencial de cinco a seis años, elimina la segunda vuelta electoral y unifica los comicios presidenciales, legislativos y municipales.
La reforma fue impulsada por el partido Nuevas Ideas -afín al presidente Nayib Bukele- y aprobada en trámite exprés, con 57 votos a favor de los 60 escaños de la Asamblea Legislativa. Solo tres diputados de la oposición estuvieron presentes. “Gracias por hacer historia, colegas diputados”, celebró el presidente del Congreso, Ernesto Castro.
El paquete de cambios fue introducido un día antes del inicio de las vacaciones por festividades capitalinas, lo que ha generado fuertes críticas por la falta de debate y transparencia. “Este día ha muerto la democracia en El Salvador. Se quitaron las máscaras”, denunció en el pleno la diputada opositora Marcela Villatoro, mientras que la legisladora Claudia Ortiz, del partido VAMOS, acusó al oficialismo de “perpetuar a un pequeño grupo en el poder”.
Además de permitir la reelección indefinida, la reforma acorta el actual periodo presidencial de Bukele, que originalmente terminaba en 2029, al año 2027, para que las elecciones de ese año incluyan simultáneamente la elección presidencial, de diputados y alcaldes.
Bukele, de 44 años, asumió su segundo mandato consecutivo en junio de 2024 tras una controvertida interpretación judicial que habilitó su reelección inmediata, pese a la prohibición expresa en la Constitución salvadoreña. Su gobierno, ampliamente popular por la dura política de seguridad que ha reducido drásticamente los homicidios, enfrenta también duras críticas por abusos a derechos humanos, represión de la disidencia y criminalización de activistas.
“La democracia ya no existe”, dijo a la AFP Miguel Montenegro, coordinador de la Comisión de Derechos Humanos. Desde la organización Cristosal, cuyo personal se ha exiliado recientemente por persecución, Noah Bullock advirtió que “el país sigue el camino trillado de los autócratas”.
Desde el ámbito internacional, Juanita Goebertus, directora para las Américas de Human Rights Watch (HRW), comparó la situación con la de Venezuela: “Empieza con un líder que usa su popularidad para concentrar poder, y termina en dictadura”, escribió en la red social X.
Pese a las denuncias, el oficialismo defendió la reforma. “En ningún momento se busca que se quede un solo presidente y nunca más hayan elecciones. Eso no es cierto”, aseguró la diputada Suecy Callejas.
La controversia en torno a esta reforma se suma al creciente escrutinio internacional sobre el rumbo autoritario del gobierno salvadoreño, en un país donde la popularidad presidencial contrasta con la erosión de los contrapesos democráticos.


