


AGENCIA
Saqqara, Egipto.- En el corazón del desierto egipcio, al sur de El Cairo, se levanta una joya arquitectónica que ostenta un récord mundial: la Pirámide de Djoser, también conocida como la Pirámide Escalonada, reconocida por el Libro Guinness de los Récords como la más antigua del planeta.
Construida en el siglo XXVII a.C. para el faraón Djoser por el célebre arquitecto Imhotep, esta estructura marcó un antes y un después en la historia de la arquitectura egipcia. Su innovador diseño escalonado dio inicio a la era de las grandes pirámides, abriendo el camino para colosos como las de Guiza.
Ubicada en la vasta necrópolis de Saqqara, la pirámide no solo es un testimonio del ingenio y la organización de la civilización egipcia, sino también un destino imperdible para viajeros y amantes de la historia. Quienes la visitan pueden recorrer su complejo y, muy cerca, explorar el Museo de Imhotep, que ofrece artefactos y contextos históricos sobre su construcción e impacto cultural.
Consejos para el viajero
La mejor temporada para visitar Egipto es entre octubre y abril, cuando las temperaturas son más agradables. Se recomienda llegar temprano para evitar multitudes, vestir ropa ligera, llevar agua y protector solar. El acceso al complejo requiere boleto de entrada, disponible en el sitio, y es conveniente portar efectivo en moneda local.
¿La más antigua… o hay otra?
Aunque la Pirámide de Djoser conserva el título Guinness como la más antigua del mundo, investigaciones recientes han abierto el debate. En octubre de 2024, un estudio sugirió que la pirámide de Gunung Padang, en Indonesia, podría ser anterior, con una supuesta construcción que se remontaría al 25 mil a.C. Sin embargo, esta hipótesis sigue sin confirmarse, pues algunos expertos sostienen que podría tratarse originalmente de una colina de lava natural que luego fue esculpida y modificada arquitectónicamente.
Por ahora, la majestuosa silueta de Djoser continúa reinando como la pionera de las pirámides, recordando al mundo que, mucho antes de que existieran rascacielos o puentes colgantes, el hombre ya soñaba -y construía- para tocar el cielo.


