De la redacción
El Buen Tono
Córdoba.– El ayuntamiento se ‘cae’, pero en el cabildo prefieren montar espectáculos. La sesión de este viernes fue una farsa descarada encabezada por la síndica Vania López y el regidor octavo, Erick Gasca Morales, quienes no hablaron por los animales… sino para acusar a la tesorera Rosa María Velasco de haber filtrado los escandalosos datos de su nómina inflada, revelados por El Buen Tono, tras una investigación. Detrás de su falso interés por el Centro de Bienestar Animal (CBA), lo único que hubo fue un burdo intento de represalia política, luego de que este medio documentó que la síndica maneja la nómina más cara, con un gasto mensual de 1.3 millones de pesos, y con personal que no trabaja ni se presenta, es decir: aviadores protegidos desde la cúpula. Lo del CBA no fue más que una cortina de humo, lo usaron para desviar la atención del escándalo: desvío y abuso del recurso humano bajo el control de la oficina de la síndica. Gasca Morales, que no da resultados en ninguna de sus comisiones —como la de mercados, donde los locatarios denuncian inseguridad, basura y abandono en La Isla y Revolución—, solo se colgó del tema del CBA para simular trabajo.
Cínicos
y corruptos
En medio del show, Aurora Muñoz, encargada del CBA, confirmó lo que ya se sabía: el ayuntamiento sólo ha comprado 10 bultos de croquetas para perros y 5 para gatos en todo el año. Un insulto. Apenas 14 mil 500 pesos gastados de un presupuesto de 200 mil pesos. Más del 90 % del recurso, desaparecido.
Por su parte, Rosa María Velasco, tesorera municipal, fue atacada por la síndica y el regidor, y peor aún Rodrigo Hernández, director de Adquisiciones y Proveeduría, confesó no saber si hubo sesión, no conocer el estado del CBA y no haber hecho compras.
Esa es la administración: ignorancia, indiferencia y desvergüenza institucional.
