


Alejandro Aguilar
El Buen Tono
Córdoba.- La crisis de maltrato y abandono animal en Córdoba ha superado por completo la capacidad y voluntad de las autoridades municipales. Mientras la ciudadanía exige respuestas, el Centro de Bienestar Animal, la regiduría de salud y el propio Ayuntamiento, muestran una combinación de burocracia, opacidad y negligencia. Un microcosmos de este desastre opera en la Colonia Los Filtros donde las familias optan por rescatar, esterilizar y adoptar a los animalitos de la calle ante la sordera municipal.
Específicamente en la vereda contigua a la Secundaria General número 2, este pasaje, rodeado por predios abandonados y un cañal sin dueño, se ha convertido en un basurero clandestino y un cementerio para animales. Vecinos relatan cómo autoridades municipales llegan solo para “tomar conocimiento” y retirarse con el cómodo argumento de que es propiedad privada, evadiendo cualquier acción concreta.
En ese corredor, residentes han documentado más de diez gatos y perros deambulando, con hallazgos frecuentes de cadáveres abandonados. Familias, ante la inacción institucional, han convertido sus hogares en refugios improvisados. Algunas protegen hasta diez felinos, mientras otras llegaron a custodiar treinta perros. Sus reiteradas solicitudes de ayuda al Centro de Bienestar Animal chocan con una realidad: la institución parece ahogada en sus propias limitaciones burocráticas y opacidad. Esta ineptitud se certifica en la respuesta de la titular del Centro, Mariel Domínguez Reyes, al oficio UT/COR/519/2025.
Su comunicación, marcada por la sorna y la evasión, reconoce solo los reportes recibidos desde 2022 —744 en total— pero admite no saber cifras completas de denuncias, desde la reforma reglamentaria de 2019. Como “evidencia” de las sesiones del CAB, adjuntó una imagen en blanco y negro carente de información, burlando el derecho a la información.


