


Sandra González
El Buen Tono
Orizaba.- La Unidad de Manejo Ambiental (UMA) de Orizaba enfrenta una crisis sanitaria y ambiental sin precedentes. En apenas seis meses bajo la coordinación de Arturo Trueba Nadal y la supervisión médica de Sergio Paul Hernández Hernández, han muerto un canguro, tres monos araña, un tucancillo, un tucán, además de varios conejos, venados y borregos. Los problemas de salud de los animales que sobreviven, desde coyotes con enfermedades de la piel hasta leones desnutridos y monos extremadamente delgados, se agravan por la contaminación del río Orizaba, un factor que permanece al margen de la atención de las autoridades.
José Filemón Robles Rodríguez, presidente de la Asociación Civil Justicia y Conciencia Ciudadana del Puerto de Veracruz, denunció “la gente se preocupa por los perrijos, pero no volteamos a ver a esos animales que los tienen como diversión… los dejan a merced de las enfermedades. Esa es la realidad de las UMAs”.
Señaló que la responsabilidad recae principalmente en las autoridades municipales, que carecen de personal especializado para detectar enfermedades gastrointestinales, parásitos y problemas en la piel de los animales. Además, señaló que el agua que consumen tanto los animales como los vegetales está contaminada, un riesgo que afecta directamente su salud y que no ha sido atendido ni por autoridades locales ni por instancias nacionales como Conagua o Profepa. La negligencia histórica se suma a los problemas actuales: un cachorro de león murió de desnutrición y debilitamiento severo, su hermano presenta los mismos signos, y otros animales, como avestruces y monos araña, sufren ansiedad, automutilación y desnutrición. En administraciones anteriores se habían registrado muertes por sobredosis de medicamentos y maltrato documentado a jabalíes, lo que refleja una desidia constante por parte del gobierno de Juan Manuel Diez.
La alimentación, la falta de atención veterinaria especializada y la exposición a agua contaminada crean un coctel letal que pone en riesgo la vida de la fauna cautiva. “Nunca he entendido por qué los ayuntamientos se hicieron responsables de las UMAs, pero no realizan una actividad humanista de mantener en óptimas condiciones de salud a la fauna cautiva”, señaló Robles Rodríguez.

