


AGENCIA
Washington/Caracas.- La Administración Trump intensificó este mes su presión sobre el presidente venezolano Nicolás Maduro, elevando a 50 millones de dólares la recompensa por su captura, acusado de liderar redes de tráfico de drogas. Este incremento ocurre en un contexto de creciente tensión entre ambos países y tras el anuncio previo de Washington de reforzar la vigilancia contra el Cártel de los Soles.
Fuentes estadounidenses indicaron que tres destructores de misiles Aegis se dirigen hacia aguas venezolanas, mientras que medios internacionales reportan que hasta 4 mil infantes de Marina podrían ser desplegados en la región para reforzar la presencia de Estados Unidos.
En respuesta, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán calificó las acciones estadounidenses como una continuación de políticas “intervencionistas e ilegales” contra Venezuela y advirtió que constituyen una violación directa de la Carta de las Naciones Unidas, especialmente del artículo 2, cláusula cuatro, que prohíbe el uso de la fuerza contra estados soberanos. Teherán expresó solidaridad con Caracas y pidió a la ONU actuar frente a lo que calificó de “situación potencialmente peligrosa” en el Caribe.
Estados Unidos no reconoce la legitimidad de los últimos dos mandatos de Maduro y lo acusa de liderar el Cártel de los Soles, incluido en la Lista Especial de Terroristas del Departamento del Tesoro. Se le vincula con organizaciones criminales como el Tren de Aragua y el cártel mexicano de Sinaloa. La Casa Blanca aseguró que empleará “todos los medios posibles” para combatir el tráfico de drogas, describiendo al Gobierno venezolano como un “cártel narcoterrorista”.
En respuesta, Maduro anunció el despliegue de cuatro millones y medio de fuerzas paramilitares en Venezuela, con el objetivo de contrarrestar lo que llamó “amenazas externas”. La situación mantiene en alerta a la comunidad internacional, mientras la región del Caribe enfrenta posibles riesgos para su seguridad y estabilidad.

