


Sandra González
El Buen Tono
Orizaba.- “Las cámaras son un medio de vigilancia y seguimiento, pero de nada sirven si la policía no actúa con rapidez. La prevención del delito en Orizaba está fallando y la estrategia intimidatoria hacia el ciudadano no es funcional”, manifestó el analista político Darío Canek Arenzano tras el ataque armado registrado el pasado domingo 24 de agosto.
El hecho ocurrió cuando Zhu “N”, de 32 años, empleado de un restaurante chino, fue atacado a balazos en el estacionamiento de un negocio ubicado en la Oriente 6 y Sur 9. La víctima recibió al menos cinco impactos en rostro, cabeza, tórax y extremidades, y el caso quedó en manos de la Fiscalía General del Estado, sin que hasta el momento se conozcan los motivos.
Arenzano puntualizó que, independientemente de si se trató de un asalto o de un cobro de piso, la responsabilidad no puede deslindarse. Si fue asalto, compete directamente a la policía municipal por la falta de estrategia preventiva; y si fue cobro de piso, entonces involucra también a los ámbitos estatal y nacional, con la participación municipal como coadyuvante de la seguridad.
Lo cierto, subrayó, es que los hechos dejaron de ser aislados ante su alta recurrencia, lo que convierte a la violencia en un problema estructural que debería ser atendido de raíz mediante una política de prevención efectiva y no con medidas intimidatorias hacia la ciudadanía común.
Este episodio, como otros ocurridos en la tercera administración de Juan Manuel Diez Francos, dejó en claro que Orizaba no es la ciudad tan segura como presumen sus autoridades municipales. La imagen de “ciudad tranquila” se desmoronó frente a una realidad donde la violencia se cuela incluso en zonas concurridas y vigiladas.
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