


De la Redacción
El Buen Tono
Córdoba, Ver.– La supuesta detención de un empleado de la Tesorería municipal, difundida de manera extraoficial y fragmentaria a través de redes sociales un domingo por la tarde, presenta todas las características de un relato convenientemente orquestado para ocultar irregularidades en el manejo del erario.
Una noticia extraoficial y con contornos inexplicables irrumpió en redes sociales el domingo por la tarde, sembrando una sombra de duda que se extiende más allá del supuesto delito de un empleado.
La versión sobre la detención de un joven trabajador de la Tesorería del Ayuntamiento de Córdoba presenta todas las características de un relato convenientemente orquestado, cuya función parece ser la de ocultar maniobras opacas en una dependencia ya señalada por diversas irregularidades y el mal manejo de los recursos públicos.
Y es que, según un empleado de bajo rango, recibió instrucciones directas y contradictorias de altos funcionarios, incluido el propio alcalde, para cometer una acción delictiva tan burda como romper el cristal de su propio lugar de trabajo.
La forma en que se difundió el caso, a través de redes sociales en un fin de semana y sin un comunicado oficial inmediato que aclarara responsabilidades superiores, refuerza la sensación de que se busca un distractor. La supuesta vulnerabilidad de la seguridad en la Tesorería parece más un guion conveniente que una situación real, una excusa perfecta para enmendar planillas o desviar la atención de irregularidades mayores.
La falta de transparencia y la ausencia de respuestas contundentes por parte de las autoridades convierten este incidente en un síntoma más de la opacidad que rodea a la Tesorería municipal, una estrategia para enterrar las verdaderas controversias bajo el escándalo superficial de una detención menor.

